Ha pasado más de una década desde que Satoshi Nakamoto crease la criptomoneda reina, Bitcoin. Más de diez años en los que han ido apareciendo cada vez más criptodivisas (existen miles y sumando) en un mercado que ha vivido al margen de la ley hasta hace más bien poco, cundo han empezado a entrar en vigor leyes con las que se intenta regular estos activos digitales. Y con panorama, es inevitable preguntarse cómo afectará al sector, si habrá cada vez más normas y restricciones, o si los bancos aumentarán la presión sobre estas divisas.
En Europa, la regulación empezó en 2018 con la promulgación de la Quinta Directiva de la UE llegó el 12 de noviembre del 2018. Una normativa aprobada por el Parlamento para fortalecer la batalla lucha contra el lavado de dinero comprendida en la Directiva de Prevención de Blanqueo de Capitales y Financiación del Terrorismo (AMLD), que introdujo la regulación de la actividad de los proveedores de servicios de criptomonedas.
En teoría los estados miembros de la Unión Europea tenían hasta enero de 2020 para la transposición de la norma, y si bien España aprobó el Real Decreto Ley 7/2021, del 27 de abril para adaptar la normativa nacional a la Europea, no ha incorporado todos los aspectos de la Quinta Directiva. «Nos encontramos en cierta desventaja y esperemos que podamos ponernos al día cuanto antes para poder ser un país competitivo, seguro y de confianza de cara a los inversores de criptomonedas», resalta Raúl López, country manager de Coinmotion en España.
Como en todo, explica Jose Maria Viñals, socio del despacho Squire Patton Boggs, «la regulación se mueve por detrás de los avances técnicos». Las criptomonedas no son la excepción, aunque (poco a poco) los legisladores se van poniendo al día. En España, la Ley 11/2021, de julio de 2021 detalla las obligaciones tributarias relacionadas con estos activos. «Incluyen la obligación de las plataformas de wallet de identificar a los clientes, el registro de sus transacciones y los activos que tienen en cartera. También la obligación de los inversores de declarar los criptoactivos que tienen en propiedad», continúa Viñals.
El pasado mes de octubre, se abrió el plazo de solicitud para que los proveedores de servicios de criptoactivos registren sus empresas y queden bajo la supervisión del Banco de España. Tendrán hasta finales de enero de 2022. Con esto, España se iguala a países como Finlandia, Francia o Alemania, que ya cuentan con herramientas similares (la FIN-FSA, la France Autorité des Marchés Financiers o AMF, y el el BaFin, respectivamente).
Este registro, explica Javier Castro-Acuña, business controller de Bitnovo, servirá para «dotar de seguridad jurídica a todos los implicados. Por una parte, a las empresas y plataformas que sean admitidas dentro del registro, porque así los bancos no podrán seguir negándose a darles el acceso a servicios básicos que sí dan a cualquier otra empresa de otros sectores. Y por otra, a los usuarios, que podrán saber si están operando con una entidad regulada y todos sus derechos estarán protegidos (hoy se siguen bloqueando cuentas y transacciones) o si están efectuando transacciones con un chiringuito financiero».
Los anuncios de estas divisas también han sido regulados este año a través del Real Decreto-ley 5/2021, de 12 de marzo, que introdujo el artículo 240 bis en la Ley del Mercado de Valores (LMV) para reforzar el marco legal de protección de los ciudadanos e inversores en lo relativo a la publicidad de nuevos instrumentos y activos financieros en el ámbito digital. La norma también otorga a la CNMV el control administrativo la publicidad de criptoactivos.
Una ley común en Europa
Algunos países —como Alemania, Francia, Luxemburgo y Portugal— trabajan en sus propios marcos fiscales, aunque de cara a 2022, se espera que el Reglamento MiCA (Market in Crypto Assets) avance. No obstante, su entrada en vigor se ha retrasado a 2024 para los 27 miembros de la UE. MiCA supone la gran actualización unificada de la regulación de las criptomonedas en el espacio económico europeo. «Este reglamento pretende convertirse en el núcleo de la regulación de las criptomonedas y aporte seguridad jurídica al mercado, para que sea atractivo para desarrolladores e inversores a la vez que seguro para los usuarios y consumidores», matiza Viñals.
Se trata de establecer una legislación homogénea, única, para todos los países miembros que, simplificaría enormemente la regulación de dicho mercado. Desde Coinmotion destacan que su implementación supondría dos grandes avances: cualquier compañía regulada podría operar con total libertad en la UE y el inversor vería reforzada su protección.
López destaca que «esta regulación es muy ambiciosa, pero necesaria, ya que el desarrollo de nuevos productos y servicios relacionados con las criptomonedas avanza a una velocidad vertiginosa, lo cual requiere que la legislación se adapte lo antes posible para no quedarse atrás y retrase el revolucionario desarrollo de las finanzas digitales que nos dejaría en una clara desventaja frente a poderosos países como China y Estados Unidos».
La fragmentación en Estados Unidos
En Estados Unidos hay nerviosismo por miedo a que cualquier criptomoneda pueda amenazar la posición dominante del dólar en las finanzas mundiales. Esto hace que exista cierta «fragmentación» en cuanto a normativa. Así que como ocurre con gran parte de las leyes de aquel país, las relativas a las criptodivisas varían de un Estado a otro, y las autoridades federales también las interpretan y regulan de forma diferente.
«En Estados Unidos es aún más complicado, ya que muchos estados van por libre y cada uno aplica sus normativas y directrices, siendo en general bastante restrictivas y en especial en aquellos gobernados por el partido demócrata, aunque tampoco es que haya muchos republicanos con legislación pro cripto. Por ello, y para que el talento y la innovación no tengan que dejar USA, se está comenzando a gestar un movimiento para la creación de un nuevo partido político que apueste de verdad por la innovación tecnológica, estando las criptomonedas en su punta de lanza», matiza Castro-Acuña.
Recientemente, se han visto algunos hitos como la salida a bolsa de una empresa de criptomonedas salió a bolsa (Coinbase en el Nasdaq) o el lanzamiento del el primer ETF de criptomonedas (el de ProShares). Sin embargo, son grandes los retos de la industria de los criptoactivos que están por llegar. Las criptomonedas se siguen considerando un activo de alto riesgo por su componente especulativo y fuerte volatilidad. Y sobre las de mayor capitalización de mercado vaticina Alberto Fernández, profesor del Programa Especializado en Blockchain e Innovación Digital del IEB; «Bitcoin, Ethereum, L2 Solana, Polkadot y Polygon, tienen una ratio de adopción lo suficientemente grande para seguir creciendo en el 2022«.
*Cristina Murgas Aguilar es periodista y directora del Área de Comunicación Financiera de QUUM.