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Disrupción nipona sin ataduras

La cuarta generación del Nissan X-Trail seduce a los más aventureros, por su gran autonomía, sus hasta siete plazas y su revolucionario e-POWER.

Desde su nacimiento en 1999, el X-Trail fue un vehículo pionero a la hora de abrir horizontes para los todocaminos. Con más de siete millones de unidades vendidas en todo el mundo, su cuarta generación es el Gran Salto Adelante del fabricante japonés, con una revolución tecnológica propia que acerca la autonomía de los coches a los mil kilómetros. Pero ¿qué tiene la tecnología e-POWER del nuevo X-Trail que encandila a los conductores? Se adapta a cualquier plan, a cualquier modelo de familia y, sobre todo, a las necesidades más actuales de la conducción y del consumo. Con atributos así, es normal que los más viajeros y exigentes giren su vista hacia este ejemplar único con el que disfrutar de la conducción eléctrica, ahora libre de enchufes.

Y es que, el espíritu de aventura está garantizado: no solo al experimentar la conducción del único SUV de conducción eléctrica de siete plazas en este segmento (también disponible en cinco), sino también porque el e-POWER ofrece comodidad absoluta para el que le gusta conducir sin tener que preocuparse de dónde parar para enchufar el vehículo. Esta tecnología revolucionaria de Nissan, que combina un motor eléctrico (que es el que mueve las ruedas) y otro de gasolina (que es el que carga la batería), garantiza libertad y espontaneidad de uso: la combinación perfecta para quienes esperan que su diversión comience mucho antes de llegar al destino.

Tecnología para vivir

El nuevo Nissan X-Trail dispone de otra tecnología disruptiva propia, el sistema e-Pedal, que mejora el confort de conducción. Apretando simplemente un botón permite usar un único pedal (el del acelerador) para acelerar y frenar. De esta manera, se puede iniciar la marcha pisando el acelerador y frenar dejando de pisarlo –gracias a la frenada regenerativa que recarga la batería–, hasta detener el vehículo. Un punto más para la marca en su afán por complacer el espíritu indomable de sus conductores.

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