Priscilla Presley, exmujer de Elvis Presley, ha llegado a un acuerdo de conciliación con su nieta Riley Keough tras cuestionar la legitimidad del testamento de su hija, Lisa Marie Presley, fallecida a los 54 años tras sufrir un paro cardíaco el pasado 12 de enero en Los Ángeles (Estados Unidos).
«Hay acuerdo. Las familias están felices, unidas y emocionadas por el futuro», aseguraba Ronson Shamoun, abogado de Priscilla, en declaraciones recogidas por TMZ.
Lisa Marie pasó su juventud entre Graceland y Los Ángeles tras el divorcio de sus padres, Elvis y Priscilla Presley. Según los términos del testamento de su padre, Lisa Marie se convirtió en la única heredera de Graceland y del resto del patrimonio del cantante de Hound Dog, pero su herencia se mantuvo en un fideicomiso a cargo, inicialmente, de su abuelo Vernon y, tras su muerte, de su madre Priscilla, que habían sido nombrados albaceas de la herencia hasta que Lisa Marie cumplió los 25 años.
Tras su muerte, el equipo legal de su madre presentó una petición ante un tribunal de Los Ángeles con la que ponían en duda la «autenticidad y validez» de una enmienda realizada en 2016 sobre la herencia de la hija de Elvis Presley.
En concreto, Priscilla desconfiaba acerca de que su hija la hubiera eliminado tanto a ella como a la persona que le ayuda con los negocios, Barry Siegel, de ser fideicomisarios del testamento y los hubiera sustituido por sus nietos Riley y Benjamin Keough, quien se suicidó en 2020 cuando tan solo tenía 27 años.
Motivos de la desconfianza
La desconfianza en Priscilla se vio motivada porque la enmienda no fue atestiguada ni notariada, el cambio no le fue comunicado con Lisa Marie Presley en vida y en el documento se escribió mal su nombre.
Por ahora, el acuerdo, del que no se desvelaron los detalles, deberá ser refrendado con un documento judicial firmado por ambas partes antes del 12 de junio y en otra audiencia prevista para el 4 de agosto.
En este sentido, el representante legal de Riley Keough, Justin Gold, ha puntualizado a la CNN que la nieta de Priscilla está «muy contenta» y que «si no, no hubiera accedido» al pacto.