Disney acaba de revelar que se ha gastado 965 millones de dólares en cuatro de los películas más mediáticas que han resultado un fracaso este año.

Disney ha seguido una línea de reducción de gastos desde que su director ejecutivo, Bob Iger, volvió para ayudar a la compañía en noviembre del pasado año. Tres meses después dijo a los inversores que lo que el estudio necesita para «reducir los costes en todo lo que hace porque, a la vez que estamos extremadamanete orgullosos de lo que aparece en pantalla, ha llegado un punto en el que es extraordinariamente caro«. No es una exageración.

Los presupuestos de las películas en salas y en streaming habitualmente son confidenciales porque los estudios combinan el coste de ellos en sus gastos globales y no especifican cuánto cuesta cada una.

Como hemos informado ampliamente, las producciones hechas en Reino Unido son una excepción. Los estudios tienen que estructurarlo en compañías separadas para hacer cada una y obtener el reintegro de al menos el 25% del dinero que gastan en Reino Unido. Cada compañía tiene que presentar sus informes financieros y dan a conocer los gastos.

Disney está grabando cada vez más contenido en Reino Unido para aprovecharse de este incentivo. Fue la sede para cuatro de las más caras producciones lanzadas por el estudio este año y han estado entre las de peores resultados.

Esta deshonrosa lista empieza en febrero con el superhéroe de los Estudios Marvel de Disney, Ant-Man y la Avispa: Quantumania. La película apareció con reviews poco entusiasta pero no escatimaron en gastos ya que Disney gastó un total de 193,2 millones de dólares en preproducción y en grabar, tal y como revelamos.

La película de ciencia-ficción fue el tercer lanzamiento en la serie de Ant-Man y fue ampliamente ridiculizada por sus imágenes generadas por ordenador (CGI). Recaudó un total de 476,1 millones por todo el mundo, que fue menos que ambas de las precuelas. Los estudios se quedaron aproximadamente la mitad de los ingresos con el resto retenido por los cines, dando a Quantumania un beneficio de 81,9 millones de dólares después de que depositaran un reembolso de 37 millones de dólares. Sin embargo, bien podría acabar en números rojos cuando entreguen sus siguientes informes financieros, ya que mostrarán el colosal gasto en post-producción.

El cuento de hadas en ‘live action‘ de mayo, La Sirenita, parecía que iba a hacer un gran éxito pero acabó tambaleándose. La película fue etiquetada como «woke» por actualizar la historia del clásico de Disney de 1989 y fue criticada también por sus CGI, que convirtieron a unos personajes que eran monos en espeluznantes aliens.

El 31 de agosto de 2021, Sand Castle Pictures, la subsidiaria de Disney Reino Unido detrás de La Sirenita, había gastado un total de 265,5 millones de dólares (208,9 millones de libras). El staff fue una de los costes únicos más elevados con el equipo de producción llegando a ser 252 personas y llegando a un pago acumulado de más de 26,9 millones de dólares (21,1 millones de libras).

Los informes financieros revelan que los «costes de la película estaban previstos por encima del presupuestos de producción debido al impacto potencial del Covid-19». La compañía recibió 4,1 millones de dólares (3,2 millones de libras) de permiso retribuido por el Gobierno de Reino Unido para ayudarles a atravesar la pandemia así como un reembolso de 53,4 millones de dólares (41,9 millones de libras).

Eso puso los gastos netos de Disney en la película en 212,1 millones de dólares otorgándoles unos 70 millones de dólares de beneficios de la partición de los 282,1 millones de dólares de taquillas. Sin embargo, esto no para aquí. Como Quantumania, sus costes se espera que se hinchen en sus siguientes informes financieros, ya que la película solo llevaba mes y medio de producción en la fecha de los últimos informes.

Disney tenía todavía otra bala en la recámara con la premiere de Indiana Jones y el Dial del Destino en junio. Había muchas esperanzas puestas en la quinta película de Indiana Jones después de que los trailers mostrando a un rejuvenecido Harrison Ford fueran bien recibidos. Pero no fue barato.

En noviembre de 2022, revelamos en el periódico Express de Reino Unido que Disney había gastado 294,7 millones (244,1 millones de libras) en la película. Eso solo cubría la pre-producción de la película y un mes de post-producción, así que el gasto no acaba aquí.

Han amortizado 55,8 millones de dólares (46,2 millones de libras) llevando el neto de costes hasta por debajo de los 238,9 millones de dólares, lo que significa que Disney necesitaría recaudar 477,8 millones de dólares para equilibrar la balanza. Hasta ahora, la película solo ha hecho 357,9 millones y sus costes se espera que suban en la siguiente publicación de los informes financieros, Disney podría acabar con pérdidas en lo que parecía un hit infalible.

Luego vino Invasión Secreta, basado en un amado cómic de Marvel sobre una raza de alienígenas camaleónicos que invadían secretamente los pasillos de poder. Esta serie de Disney+ también tenía mucho potencial. Sin embargo, su tono serio, sus agujeros argumentales y sus pobres CGI desanimaron a los fans, llegando a ser el episodio peor votado de cualquier serie de Marvel en streaming con solo un 7% de votación en Rotten Tomatoes.

A diferencia de los lanzamientos en los cines, los suscriptores no pagan por cada serie en Disney+. En su lugar, se les carga con un solo pago que garantiza el acceso a todo su contenido a través de todo el año, con o sin publicidad dependiendo de cuánto pagues. Hace imposible calcular cuántos ingresos genera por cada show. Sin embargo, no hay duda sobre el coste de hacer Invasión Secreta, porque también se hizo en Reino Unido.

Como revelamos, el show incomprensiblemente tenía un presupuesto de 211,6 millones de dólares a pesar de sus carencias visuales.

Esto lleva a una cuenta total solo en estas cuatro producciones de 965 millones de dólares y que en gran medida no incluye los costes de post-producción. No tenemos pista de lo que quiere Bob Iger para recortar gastos pero si no consigue mejorar la recepción de la audiencia, podría no ser todavía el billete dorado.