Las Kardashians son las reinas de Instagram pero, mucho antes de la irrupción de las redes sociales, ya lo eran del mundo de la telerrealidad.
El pasado septiembre, Kim Kardashian, anunciaba a través de sus redes sociales el fin del reality que catapultó a las hermanas a la fama, Keeping Up With The Kardashians, a principios de 2021.
Se ponía así punto y final a una historia que comenzó hace 14 años –en octubre de 2007– y que, durante mucho tiempo, fue la piedra angular de los ingresos de la familia.
«Sin Keeping Up With The Kardashians, no estaría donde estoy hoy», escribió Kardashian West. «Este programa nos hizo quienes somos y estaré siempre en deuda con todos los que jugaron un papel en la formación de nuestras carreras y en el cambio de nuestras vidas para siempre», finalizó.
Las cinco hermanas de la familia y su madre, Kris Jenner, se irán con más de 2.000 millones de dólares entre todas ellas y no les faltará trabajo para aumentar esos ingresos una vez acabado el reality.
Pese a todo, un negocio secundario
El programa sólo representa una pequeña fracción de los ingresos de las dos personas que más dinero ganan en la familia: Kim Kardashian West y su hermana menor Kylie Jenner.
Forbes calcula que la fortuna de Kim Kardashian tiene un valor de 1.000 millones de dólares, lo que le valió para entrar en la lista de los más multimillonarios del mundo. De esa cantidad solo el 20% procede de la serie de telerrealidad.
Para su hermana Kylie, las ganancias del programa representan menos del 1% de sus 700 millones de dólares. Una cifra que aumentó cuando la pequeña del clan vendió una participación mayoritaria de Kylie Cosmetics a Coty en enero de 2020.
A Kourtney Kardashian, Khloe Kardashian y Kendall Jenner tampoco les va a ir mal una vez abandonado el reality pues ganan millones con proyectos ajenos al show.
Kourtney, que ha sido la que más ha manifestado su deseo de abandonar la serie, fundó el sitio de salud y bienestar Poosh, que también tiene una rama de venta al por menor.
La línea de ropa Good American de Khloe se ha expandido más allá de los vaqueros para incluir ropa deportiva y de baño, y se vende en Nordstrom, Neiman Marcus y Bloomingdale’s.
Por su parte, Kendall se ha hecho un nombre como modelo, ganando ocho cifras cada año con campañas de marcas y desfiles de moda. El mérito es de su «momager» Kris Jenner, la matriarca que gestiona sus negocios.
Reinas de la televisión y de las redes sociales
Durante los años que llevan en antena, la forma de alcanzar la fama ha cambiado: la televisión ha pasado a un segundo plano frente a las redes sociales que las Kardashian-Jenner utilizan para llegar a su público.
Una temporada entera de Keeping Up With the Kardashians alacanzaba una audiencia de 1,13 millones de personas una cifra mucho menor que la de seguidores con los que cuentan las hermanas: más 101 millones.
Consideradas influencers de alto nivel, pueden ganar hasta 500.000 dólares por cada publicación que suban a sus perfiles promocionando un producto por lo que el fin del programa no supondrá que la familia tenga que apretarse el cinturón y ahorrar.