Si hay algo que caracteriza a las pymes, además de su espíritu emprendedor, su carácter innovador y su voluntad transformadora, es la ilusión. Fundar una pyme requiere de una inversión inicial que suele lograrse a través de préstamos y deudas. Cuando por fin se reúnen todos los requisitos para empezar a operar llegan otro tipo de dificultades: desde pequeños imprevistos a una pandemia mundial imposible de prever en el plan de negocio.
Baihas Baghdadi, CEO de Trade & Working Capital, recuerda las palabras de un banquero inglés: “Nosotros, los banqueros, somos muy buenos dando paraguas y retirándolos cuando empieza a llover”.
Esta afirmación llevó a Baghdadi a reflexionar sobre el sistema financiero alternativo. Llegó a la conclusión de que España no es un país de multinacionales, sino de pymes que necesitan una atención personalizada y una labor de acompañamiento de fondos creados a medida. Por eso, dejó su carrera de treinta años en banca convencional para fundar TWC.
Su objetivo es entender en profundidad las necesidades financieras de una empresa para ofrecerle un traje a medida que le permita potenciar su actividad financiera como compañía atendiendo a las circunstancias de cada momento: necesidad de liquidez puntual, energía financiera para superar un momento dificultad o lo que corresponda. En definitiva, se trata de un facilitador que bombea el corazón para que el organismo siga solo y crezca correctamente. En una situación pospandemia, una firma como TWC puede ser muy útil para canalizar los fondos de una manera ágil y eficaz hacia la economía productiva.