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Baja participación y fragmentación: el 14-F deja Cataluña en punto muerto

Una mujer con traje EPI en una mesa electoral en Barcelona. Getty.
Una mujer con traje EPI en una mesa electoral en Barcelona. Getty.

Fragmentación e incertidumbre. La cita electoral catalana deja más dudas que respuestas. El Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) se disputan la victoria en los comicios catalanes celebrados este domingo.

Con altibajos y momentos de empate, ambos partidos obtienen 33 escaños con un 99,79% de los votos escrutados. Junts per Catalunya (JxCat) se coloca como tercera fuerza, con 32 diputados.

Aunque los socialistas, liderados por Salvador Illa, lograsen afianzar el diputado que ha bailado durante gran parte del escrutinio, el resultado no sería suficiente para que puedan formar gobierno cómodamente: necesitarán cerrar el apoyo de otras formaciones si quieren materializar el cambio de color del Parlament catalán y, como han defendido en las últimas semanas, “pasar página” al ‘procés’ y poner fin a “una década perdida” social y económicamente.

En cuarto lugar se alza Vox, que logra entrar en la cámara catalana con 11 diputados. Los independentistas CUP han logrado 9 escaños; En Comú-Podem, 8; Ciudadanos, 6; y el PP con 3. El Pdecat no logra los apoyos suficientes y se queda fuera del Parlament de Catalunya.

Las dudas sobre la participación se han materializado en una caída de casi 29 puntos respecto a 2017. Solo el 53,55% de los 5,6 millones de catalanes llamados a las urnas han ejercido su derecho. El miedo al posible contagio de COVID-19 y el hastío por la tensión política derivada de la crisis soberanista han pesado en el ánimo de la ciudadanía.

En las últimas elecciones celebradas en Cataluña, en diciembre de 2017, Ciudadanos se impuso con 36 diputados y un 25,3% de los votos, seguido de Junts (24 diputados) y ERC (32). Los socialistas lograron entonces un 21% de los votos, que se tradujeron en 17 diputados y CUP y PP cuatro diputados cada uno. La participación en 2017 se ubicó en un histórico 79,09%.

Los primeros sondeos difundidos por TV3 y RTVE apuntaban a la victoria de ERC con una horquilla de entre 36 y 38 diputados. Los datos de la empresa Gad3, por encargo de FORTA, daban entre 34 y 36 escaños al PSC, y a Junts, como tercera fuerza, entre 30 y 33 escaños.

Cuenta atrás para la investidura

Finalizado el recuento, se han activado los mecanismos para constituir el Parlament e investir al nuevo presidente catalán. El calendario electoral marca un plazo de 20 días hábiles tras los comicios para constituir el Parlament. La sesión de investidura, entonces, deberá realizarse como máximo 10 días después, es decir, para el 26 de marzo si se agotan los plazos.

La investidura del presidente catalán requiere un apoyo mínimo de 68 de los 135 diputados que componen la cámara. Si el candidato no logra el apoyo en primera votación, puede someterse a una segunda dos días después. En esta ocasión, bastaría una mayoría simple para ser investido, es decir, más votos a favor que en contra.

El fracaso en este primer intento abre un período de dos meses para nuevas negociaciones en busca de los apoyos necesarios para formar gobierno. Si para el 26 de mayo no se ha logrado desbloquear la investidura, el Parlament quedaría automáticamente disuelto y se convocarán nuevas elecciones 54 días después, es decir, a mediados del mes de julio.

El PSC ha sido el partido más votado, pero ha empatado a 33 diputados con ERC. El candidato socialista, Salvador Illa, está muy lejos de la Generalitat. Y se quedará en la oposición si no consigue romper el bloque independentista.

Illa ha anunciado que se presentará a la investidura, pero necesita a ERC para cualquier fórmula de gobernabilidad. El acuerdo parece imposible si los republicanos cumplen su compromiso de campaña de renunciar al pacto con los socialistas y buscan una nueva coalición independentista.

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