Forbes Ricos

El patrimonio conjunto de los más adinerados crece un 7%

Nuevas fortunas del sector salud y la banca reconfiguran el mapa del poder económico español.

Los cien españoles más ricos vuelven a engordar sus cuentas, aunque el reparto ha cambiado. En 2025, sus patrimonios suman 258.870 millones de euros, un 7% más que los 242.000 millones del año anterior. Es el segundo incremento consecutivo tras la recuperación pospandemia, pero con un matiz inédito: la cabeza del ránking se encoge mientras la base se ensancha. Por primera vez en años, el crecimiento no viene del trono, sino del resto de la corte.

El contexto explica parte del movimiento. Los tipos de interés siguen altos, el consumo interno se frena y la bolsa ha corregido los excesos de 2024, especialmente en el sector textil. Pero también se ha consolidado la fortaleza de los bancos, la salud y los servicios. “Los ricos no han dejado de ganar dinero, solo lo están ganando en otros sitios”, apunta un gestor de patrimonios madrileño.

La riqueza, en suma, se redistribuye dentro del propio Olimpo. Los nombres son los mismos –casi todos–, pero las posiciones, los sectores y las dinámicas se han movido. España tiene más millonarios que nunca, pero su podio ya no es tan monolítico como antes.

El trono permanece en Galicia, pero pierde altura

Amancio Ortega sigue siendo el hombre más rico de España, aunque su corona pesa más que brilla. El fundador de Inditex acumula 109.900 millones de euros, casi 10.300 millones menos que en 2024. El golpe no es menor: su fortuna se ha reducido un 8,6%, arrastrada por la corrección bursátil de la compañía y el enfriamiento del sector textil, el gran perdedor del año (–10.590 millones en conjunto). Su hija, Sandra Ortega, también ajusta cifras: 10.000 millones, frente a los 10.390 millones del ejercicio anterior. Galicia, aun así, sigue siendo el epicentro de la riqueza nacional: entre padre e hija suman más de 120.000 millones, casi la mitad del total de la lista.

El mensaje es claro: el trono no se tambalea, pero se ha encogido. Ortega continúa representando el 42,4% del total patrimonial de los cien más ricos, pero esa concentración empieza a resquebrajarse. Si se excluye su fortuna, el resto del listado –los otros 99– suman 148.994 millones, 22% más que en 2024. El “efecto Ortega” ya no impulsa la riqueza general; ahora la atenúa.

A diferencia de la familia gallega, los Del Pino viven un momento dorado. Rafael del Pino, presidente de Ferrovial, aumenta su fortuna hasta los 8.000 millones, desde los 7.150 millones del año pasado. Su hermana María del Pino alcanza 4.200 millones, y Leopoldo del Pino, 2.000 millones, lo que consolida al clan como el segundo gran núcleo patrimonial de España, con un peso creciente en el sector de infraestructuras (+2.870 millones).

En paralelo, Juan Roig ha protagonizado una de las mayores subidas del año: 7.900 millones, frente a los 5.780 millones de 2024 (+36,7%). Mercadona ha ampliado márgenes, afianzado su presencia en Portugal y demostrado que el gran consumo sigue siendo un refugio de rentabilidad en tiempos de tipos altos. Hortensia Herrero, su esposa, también despega: 4.400 millones, +1.150 millones en solo doce meses.

La escena deja un titular simbólico: “Ortega baja, Roig sube, Del Pino consolida”. Tres modelos de éxito, tres formas de crecer y una misma conclusión: el dinero, en España, sigue girando entre la tienda, la obra y el banco.

Los nuevos motores de la riqueza

Detrás del trío de cabeza, el resto de las fortunas ha vivido un año de vértigo. Juan Carlos Escotet, presidente de Abanca, escala hasta los 6.200 millones, 2.200 más que en 2024. Es el gran ganador del ejercicio y símbolo de la fuerza del sector financiero, que suma 5.200 millones en conjunto. Los bancos vuelven a ganar dinero de verdad, tal y como indica el mercado.

Tomás Olivo, propietario de General de Galerías Comerciales, continúa su ascenso meteórico. Su patrimonio pasa de 2.700 a 4.600 millones, impulsado por la revalorización de sus activos y el auge de los centros comerciales de lujo. Es el único empresario que ha logrado situar al sector inmobiliario entre los que más crecen.

El turismo también vive un renacimiento. Miguel Fluxà, al frente de Iberostar, roza los 3.300 millones (+1.310), mientras que los hermanos Riu, Luis y Carmen, recuperan terreno hasta los 1.500 millones. En Baleares, la temporada récord ha devuelto brillo a las grandes sagas hoteleras, incluido Abel Matutes, que vuelve a la lista con 600 millones tras la revalorización del grupo Palladium.

Por contra, otros nombres emblemáticos retroceden. Guillermo Fierro Eleta, del grupo inversor Fierro, cae a 950 millones (–950 millones), lastrado por un ejercicio irregular en banca y energía. También Daniel Maté, accionista de Glencore, reduce su patrimonio hasta 2.500 millones (–600 millones), mientras que el cantante Julio Iglesias, con 630 millones, acusa la desinversión en sus activos inmobiliarios de Miami.

Los datos confirman que la salud, la banca y la industria han sido los motores de 2025. El textil, en cambio, se enfría. España entra en una nueva era donde el dinero ya no se viste solo de moda.

Los que entran: nuevas caras, nuevos sectores

Siete nombres debutan este año en la lista, y lo hacen representando la diversificación del capital español. Encabeza las nuevas incorporaciones la familia Rubiralta, propietaria del grupo biomédico Werfen, que se reparte en varias ramas familiares: Jordi Rubiralta entra como nuevo individual con 1.200 millones, mientras que José Luis, Marc y Xavier Rubiralta suman 1.100 millones cada uno. En total, la familia catalana concentra más de 4.500 millones, situando al sector salud como el segundo más pujante del año (+4.603 millones).

Les sigue Gloria March Delgado, heredera del grupo financiero Alba, que debuta con 700 millones, y Leonor March Delgado, con 500 millones, completando la nueva generación de los March, ahora más diversificada entre banca y participaciones industriales. Desde Cataluña, Joaquín Molins López-Rodó y familia, accionistas de Cementos Molins, se estrenan con 655 millones, mientras que la empresaria Carmen Godia Bull, vinculada al sector inmobiliario y energético, entra con 450 millones. Cierran el capítulo de nuevas incorporaciones Abel Matutes y familia, con 600 millones, gracias a la revalorización del grupo hotelero Palladium.

En conjunto, las nuevas fortunas aportan más de 6.000 millones de euros a la lista, pero sobre todo, traen aire fresco. Frente al predominio histórico del ladrillo y el textil, emergen ahora sectores con futuro: biotecnología, banca patrimonial, turismo sostenible y energías limpias. Si algo define a los debutantes de 2025 es que no heredan un imperio, lo gestionan.

Los que se quedan fuera: un adiós sin ruido

El ranking también deja fuera a algunos apellidos tradicionales. Abandonan la lista Javier Botín, Liliana Godia Guardiola, Manuel y Felipa Jove Santos, Mercedes Daurella Aguilera, Thomas Andreas Meyer, Francisco Javier Moll y Aránzazu Sarasola, Manuel García Pardo, los hermanos Puig Guasch, los Planes Corts, Miguel Ángel Gil Marín, los Villar-Mir y los herederos de Isak Andic, cuyo patrimonio aún está en proceso de reparto.

Las razones son variadas: descensos bursátiles, divisiones familiares o ajustes sectoriales. En algunos casos, como los Jove o los Daurella, la salida no implica una pérdida patrimonial severa, sino el simple hecho de haber sido superados por nuevas fortunas en expansión.

El caso más simbólico es el de los herederos de Andic, el fundador de Mango, que por primera vez en más de dos décadas no figuran entre los cien más ricos. La herencia del empresario catalán –superior a 5.000 millones de euros– se encuentra en proceso de liquidación y reparto, lo que los deja fuera temporalmente.

El relevo es, así, generacional y estructural: la vieja aristocracia del capital da paso a empresarios más diversificados, con negocios que combinan ciencia, tecnología y patrimonio financiero.

Menos moda, más salud

En 2025, Galicia sigue liderando el mapa del dinero, con 129.850 millones repartidos entre siete fortunas, aunque casi todo procede del universo Ortega. Le siguen Madrid (46.788 millones, 29 fortunas) y Cataluña (29.723 millones, 28 fortunas). Detrás, la Comunidad Valenciana, Baleares y Murcia confirman su papel ascendente gracias a la fuerza del turismo, la distribución y la industria.

Por sectores, el textil es el único gran perdedor (–10.590 millones), mientras que banca (+5.200), salud (+4.603) y distribución (+3.359) impulsan el crecimiento global. El turismo recupera brillo (+2.011 millones) y el inmobiliario comercial reafirma su poder (+1.900 millones gracias a Olivo).

El resultado es un país donde el dinero ya no se concentra solo en fábricas y tiendas, sino también en laboratorios, aseguradoras y fondos de inversión. La riqueza española se ha vuelto más técnica, más diversa y, en cierto modo, más previsible.

Un nuevo ciclo

La lista Forbes 2025 no solo mide quién tiene más dinero: mide hacia dónde se mueve el capital español. Este año, el trono sigue en Galicia, pero la energía está en otros lugares: en la banca que vuelve a ganar, en los hoteles que baten récords y en los laboratorios que multiplican márgenes.

El país entra en un nuevo ciclo patrimonial: menos dependiente del consumo masivo, más ligado a la innovación y a la gestión financiera. La fortuna de los cien más ricos crece, sí, pero lo hace por vías distintas.

Quizá esa sea la enseñanza del 2025: la riqueza no se destruye, se transforma. Los nombres cambian, las cifras fluctúan, y hasta los tronos tiemblan… pero el dinero, como el agua, siempre encuentra su cauce.

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