Rupert Murdoch ha puesto fin a décadas de disputas familiares al sellar un acuerdo de sucesión valorado en 3.300 millones de dólares que asegura el control de su imperio mediático en manos de su hijo mayor, Lachlan Murdoch.
El pacto contempla que tres de sus hijos James, Elisabeth y Prudence reciban 1.100 millones de dólares cada uno, tras ceder su participación accionarial en News Corp y Fox. Con esta salida, Lachlan se convierte en el heredero indiscutido de un conglomerado que incluye medios de gran influencia como Fox News, The Wall Street Journal, New York Post y The Sun.
Por otro lado, las hijas menores de Murdoch con Wendi Deng, Grace y Chloe, se incorporarán al fideicomiso familiar junto a Lachlan. Este movimiento garantiza que, tras el fallecimiento del patriarca, el rumbo editorial conservador de sus medios se mantendrá bajo la dirección de su primogénito.
El acuerdo no solo resuelve un conflicto interno que había dividido a la familia durante años y que inspiró la serie Succession de HBO, sino que también pone fin a los intentos de Rupert Murdoch, de 94 años, de modificar unilateralmente la estructura de votación del fideicomiso, una iniciativa rechazada en los tribunales de Nevada el año pasado.
El financiamiento del pacto se llevará a cabo mediante la venta parcial de la participación de Murdoch, gestionada por Morgan Stanley, con la entrada de grandes inversores institucionales y fondos soberanos.
Con este desenlace, Rupert Murdoch asegura que la influencia política y mediática de su conglomerado, clave en Estados Unidos, Reino Unido y Australia en los últimos cuarenta años, quede firmemente en manos de su hijo Lachlan, designado ya en 2023 como presidente del grupo.
