El gobierno chino ha anunciado su intención de bloquear la entrada de películas de Hollywood como parte de su respuesta a la última oleada de medidas comerciales impuestas por Washington. Según el Ministerio de Comercio del país asiático, la decisión busca hacer frente a lo que califican como la “naturaleza chantajista” del gobierno estadounidense, luego de que el presidente Donald Trump anuncia nuevos aranceles del 50% sobre productos chinos. Para Pekín, esta es una escalada injustificada que merece una respuesta firme.
Las películas estadounidenses generaron 585 millones de dólares en la taquilla china durante el último año, representando un 3,5% de un mercado cinematográfico que supera los 17.000 millones de dólares. Estrenos esperados como Jurassic World: El Renacimiento, El Contable 2 y una nueva entrega de Misión Imposible podrían quedar fuera del radar de los cinéfilos chinos, provocando pérdidas económicas para los grandes estudios. Más allá del dinero, esta medida también debilita la influencia cultural que Estados Unidos ha mantenido en el país asiático a través del cine.
Si se concreta la prohibición, podría marcar el inicio de una nueva era de restricciones culturales en medio de conflictos comerciales. Hollywood, que durante años ha adaptado contenidos y estrategias para atraer al público chino, tendría que replantear sus prioridades. Por su parte, China podría volcarse aún más en su industria local y en alianzas con otros países productores, lo que alteraría significativamente el equilibrio del mercado global del cine.
No es un secreto que China se ha convertido en un socio clave para Hollywood. La industria estadounidense ha modificado tramas, contratado actores asiáticos y estrenado películas simultáneamente en ambos países para capitalizar la demanda del gigante asiático. Perder este mercado no solo supone pérdidas económicas, sino también una disminución en la proyección global de sus producciones.
La batalla comercial entre Washington y Pekín parece estar escribiendo un nuevo guión para el cine internacional. Si las diferencias no se resuelven pronto, podríamos estar ante un giro dramático en la historia de Hollywood.