Pero este bajón parece que no durará mucho, por la simple razón del crecimiento de la población y por la emergente clase media y su voraz apetito de recursos. ¿Hacia dónde se dirigirán?
Estados Unidos ha sido el mayor receptor de dinero chino en la década pasada, en gran parte por la explosión de inversiones desde 2012. A estas alturas del ejercicio el año pasado, Australia era el destino número uno en los últimos diez años.
China ha hecho inversiones y firmado contratos por todo el mundo, pero África ha captado particularmente su interés. Pekín, con la segunda mayor economía del mundo, ha hecho negocios en 34 países africanos. La razón es simple: el continente es rico en recursos naturales.
La dirección que ha tomado el gobierno del presidente de China, Xi Jinping, es clara: asegurar el suministro de energía para su crecimiento económico. Es por eso que la inversión en energía ensombrece a los otros sectores desde 2005, con casi 400.000 millones de dólares dedicados sólo a garantizar el suministro eléctrico a sus 1.400 millones de habitantes.
Al margen de los recursos energéticos, las finanzas también han atraído cantidades serias de dinero, con Morgan Stanley y Standard Bank como los mayores receptores. Puede que no representen el mismo tipo de gasto, pero los chinos también han hecho inversiones en nombres conocidos como Barclays, Ford, IBM o General Motors.
Eso ha dado pie a desarrollar focos específicos de inversión y préstamo en cuatro países.
1. Venezuela
En 2013 el entonces ministro de Petróleo Rafael Ramírez anunció un acuerdo con China National Petroleum Corporation (CNPC) para la inversión de 28 mil millones de dólares en un nuevo proyecto en la Faja Petrolífera del Orinoco. Con préstamos de 55 mil millones y múltiples inversiones en agricultura y construcción de viviendas, entre otras, Venezuela es el primer destino de los fondos chinos en América Latina. El 19 de abril pasado el presidente Nicolás Maduro anunció un nuevo financiamiento por 5 mil millones.
2. Brasil
En octubre de 2010 Sinopec adquirió el 40% de Repsol en Brasil por 7.100 millones. Un año después expandió sus operaciones en Brasil con la adquisición del 30% de las operaciones de la portuguesa GALP por más de 5.000 millones. Las dos operaciones son una clara indicación de la presencia de Sinopec en Brasil y de la estrategia china de adquisición parcial o fusión con compañías que ya están funcionando.
3. Argentina
La China National Offshore Oil Corporation (Cnooc) se ha convertido en la segunda petrolera en Argentina detrás de la nacionalizada YPF, con una serie de multimillonarias adquisiciones parciales de distintas compañías.
La nacionalización de YPF en 2012, que puso en pie de guerra a muchas naciones occidentales, no perturbó a China que en enero del 2014 se asoció a la estatal petrolera argentina para la explotación de petróleo de esquito en la gigantesca reserva de Vaca Muerta.
4. Perú
Con la adquisición que hizo el consorcio MMG LTD de las mina de cobre Las Bambas, la mayor en monto de la historia peruana, China elevó su inversión en proyectos mineros en el país a 19.000 millones. Según estimaciones de la Cámara de Comercio Peruano China (Capechi), China controlaba en el 2014 33% del sector minero peruano.