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La revolución se llama code 11.59

El modelo automático con esfera negra, el calendario perpetuo y el tourbillon esqueletizado.

Code 11.59 es una de las colecciones que más ha dado de qué hablar este año en el sector relojero. La anunció la marca suiza Audemars Piguet en enero, y enseguida estuvo en boca de expertos y aficionados porque era radicalmente diferente a todo lo que la marca había hecho en los últimos tiempos, rompiendo con unos años en los que el deportivo Royal Oak se había llevado el protagonismo. En su día, también aquel modelo generó controversia cuando se presentó en la feria de relojes de Basilea de 1971. Después, el diseño inicial de Gerald Genta se convirtió en la piedra angular de la marca, en un icono que rompió los moldes de la relojería clásica y puso de relieve la independencia de Audemars Piguet, la manufactura más antigua que aún pertenece a las familias que la fundaron en 1875.

TOTALMENTE INÉDITO

Code 11.59 no es una evolución de otros modelos de la casa, ni plantea dos o tres novedades. Parte de cero y se suma al resto de colecciones de Audemars Piguet: Royal Oak, Offshore, Concept, Millenary, Haute Joailleire y Jules Audemars. Se trata de otra revolución, ésta de aires clásicos, que ha llegado para quedarse en la manufactura de Le Brassus (Suiza), que busca con ella otro icono relojero.

Los ingenieros y artesanos de la compañía estuvieron siete años, ni más ni menos, desarrollando una línea para la que hubo que pensar desde el movimiento a la caja, y darles forma. “Dejamos de lado la idea de crear relojes clásicos durante unos 20 o 25 años. Pero, para poner las cosas en perspectiva, Audemars Piguet no tuvo el Royal Oak en su colección hasta que llevaba casi 97 años en el negocio. Ya era hora de que volviéramos a mostrar nuestra legitimidad en el campo de los relojes clásicos. Necesitábamos mostrar nuestra artesanía, nuestras habilidades y nuestros talentos para crear una línea que no sea un reflejo de ayer, sino que presente una sensación contemporánea de futuro”, declaraba el consejero delegado de la compañía, François-Henry Bennahmias, a la web Luxury Society.

El mismo Bennahmias lo califica como el mayor lanzamiento desde el año 1972. Su nombre es hasta poético: 11.59 hace referencia al minuto antes del nacimiento de un nuevo día, un concepto que se traslada a la propia firma (nace una nueva era) y a la industria relojera.

MUCHO DONDE ELEGIR

La colección Code 11.59 by Audemars Piguet se inicia con un total de trece referencias que abarcan seis calibres de fabricación propia: automático (el más básico), cronógrafo automático, calendario perpetuo, tourbillon esqueletizado, repetición de minutos supersonería y tourbillon volante automático. Tres de ellos son nuevos: el calibre 4302, un movimiento automático de fecha y hora; el 4401, un cronógrafo automático flyback, que permite reiniciar el cronógrafo sin tener que detenerlo y devolverlo a cero, y el calibre 2950, el tourbillon volante automático.

El modelo básico de la colección el automático con esfera azul.

Todas las cajas miden 41 mm de diámetro, están fabricadas en oro rosa y oro blanco y lo mismo pueden adornar las muñecas de los hombres que las de las mujeres. También tienen en común su arquitectura: una carrura octagonal con acabados cepillados y pulidos en una estructura exterior redonda. La parte superior de las asas esqueletizadas está soldada a un bisel casi inexistente, y éste sujeta el cristal de zafiro de doble curvatura que aporta profundidad y que forma una cúpula sobre el dial.

Las esferas, que son claras y muy legibles, están lacadas (llevan entre ocho y doce capas de laca) en blanco, azul o negro, y se muestran lisas, sin grabados, con unas agujas finísimas. En el caso del reloj con la complicación de calendario perpetuo, la esfera está realizada en aventurina azul, un cristal que se obtiene introduciendo óxido de cobre negro y cobalto en su fase de enfriamiento, lo que colorea el cristal de azul y produce una constelación de partículas minerales.

El logo de la enseña, realizado mediante delgadas capas de oro a través de un proceso químico llamado crecimiento galvánico, similar a la impresión 3D, se ha aplicado sobre las esferas. Por último, la parte posterior de cristal de zafiro permite ver el rotor (en algunos casos de oro de 22 quilates) y el movimiento decorado.

La producción anual de Audemars Piguet es de un total de 40.000 piezas, y este año se producirán, previsiblemente, unos 2.000 Code 11.59.