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Cartier Santos: un icono, mil versiones

Este Santos-Dumont es un homenaje al modelo histórico surgido en el año 1904. Su precio oscila entre los 9.700 (en tamaño pequeño) y los 11.500 euros.

No está muy claro quién voló con motor primero: ¿los hermanos Wright, en 1903, o el brasileño Alberto Santos-Dumont, en 1906? Los testimonios de la época, en la que los hombres arriesgaban sus vidas para elevarse en el aire y conquistar el cielo, dan lugar a la duda. En cambio, no hay sospecha sobre cuál fue el primer reloj de pulsera de aviador de la Historia: el Santos de Cartier.

El 23 de octubre de 1906, Santos-Dumont voló cerca de sesenta metros en siete segundos y a una altura de dos a tres metros del suelo con su avión 14-bis en el campo de Bagatelle de París. Lo hizo sin la ayuda de dispositivos de lanzamiento, a diferencia de los hermanos Wright, que necesitaron unos rieles para conducir su aparato. El de Santos-Dumont fue el primer vuelo verificado por el Aeroclub de Francia, entidad reconocida internacionalmente y autorizada para ratificar cualquier evento importante en el campo de la aviación. Así que parte de la comunidad aeronáutica considera a Santos-Dumont el padre de la aviación. El hombre pasó a la posteridad porque diseñó más de 22 máquinas voladoras, porque coleccionaba las patentes de invención, porque ponía su vida en juego con cada vuelo experimental y porque donaba parte de sus ganancias a asociaciones benéficas.

UNA GRAN IDEA  

El Aéro-Club de France contaba con otro socio insigne además del brasileño: Louis Cartier, nieto de Louis-François, quien había fundado en 1847 la casa que lleva su apellido y que en los albores del siglo XX ya era el epítome del lujo. Quizá fue en una de esas reuniones en el club donde Santos-Dumont y Louis Cartier se conocieron e intercambiaron impresiones. A Santos-Dumont le preocupaba tener que rebuscar en su chaqueta para encontrar su reloj de bolsillo y mirar la hora mientras volaba, y le transmitió la inquietud a su amigo en el año 1904. A Louis Cartier se le encendió la bombilla, y en unos meses ya había ideado el primer reloj de pulsera de piloto, con una esfera cuadrada con tornillos visibles y una cómoda correa de cuero. El aviador había pedido una herramienta sencilla, funcional, innovadora y, por supuesto, precisa. Y eso fue lo que obtuvo.

Puesto que Alberto era una celebridad en Europa, el reloj que portaba se hizo igualmente famoso, y su producción regular comenzó en 1912. Desde entonces, este modelo, más cercano al art déco de los años veinte y treinta que al art nouveau, se ha convertido en un icono de la relojería mundial. Es un clásico por derecho propio, y a lo largo del tiempo ha sido reinterpretado en numerosas ocasiones.

LAS NUEVAS VERSIONES

El año pasado, sin ir más lejos, Cartier lo hizo reaparecer con cristal de zafiro, un sistema patentado de intercambio de correas (algo que estamos viendo en otras casas relojeras como Vacheron Constantin, por ejemplo) y un calibre de manufactura: el 1847. Y en este 2019 también ha renovado la flota con nuevos modelos. Los hay con caja de oro, oro y acero o acero, cronógrafos, sencillos y esqueletados (con el movimiento a la vista). Tienen en común los números romanos (que sugerían la distribución radial del centro de París, una referencia al desarrollo urbanístico del Barón Haussmann en 1850) y los tornillos visibles. Y, cómo no, su imperturbable forma cuadrada, que evoca la arquitectura parisina de aquella época y su tendencia a la simetría, como si fuera una metáfora de las cuatro aristas vivas de la Torre Eiffel.

La cuadratura del Santos revolucionó los diseños propios de principios del siglo XX, en los que primaban los relojes de bolsillo redondos. Y tampoco se parece en nada a los actuales relojes de piloto del mercado.

De entre todos los nuevos Santos que han nacido este año, el más fiel al original de 1904 es el Santos-Dumont de la fotografía, que viste una corona perlada con cabujón azul y una correa de piel de aligátor. Por supuesto, se beneficia de las innovaciones propias de este milenio. En 2019, este modelo inaugura un movimiento de cuarzo con una autonomía de seis años, aproximadamente. Para lograrlo, Cartier ha transformado y adaptado las dimensiones del movimiento para reducir su consumo
 de energía y ha empleado una pila de mayor rendimiento.

El reloj se emitirá con tres cajas diferentes: de acero, de oro rosa y de acero y oro rosa. Cada una de las variantes estará disponible en los tamaños pequeño y grande.