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Cuatro consejos para dejar tu trabajo sin quemar puentes

Al final del día, debes elegir lo que sea mejor para tu carrera, tu familia y tus metas futuras.

Una evaluación negativa del rendimiento no significa necesariamente que le vayan a despedir o a despedir, pero debe prepararse y responder. GETTY

En muchos sentidos, las dimisiones pueden parecer rupturas. A veces son incómodas, complicadas y pueden parecer forzadas. Por suerte, hay formas de dimitir de un trabajo de forma profesional y sin dramas. Aquí tienes cuatro consejos para evitar quemar puentes al renunciar a un empleo.

No te sientas culpable: no estás haciendo nada malo

Uno de los rasgos distintivos de la conciliación es mantener los límites profesionales en el trabajo. Por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo, sobre todo si has trabajado con las mismas personas durante años y has forjado relaciones sólidas a lo largo del tiempo.

Dicho esto, es crucial recordar que esto es sólo un trabajo. Al fin y al cabo, tienes que elegir lo mejor para tu carrera, tu familia y tus objetivos futuros. Ten en cuenta que renunciar a un trabajo suele formar parte del crecimiento profesional, y está bien dar prioridad a tus propias aspiraciones y bienestar.

Siempre que dejes tu equipo en buenos términos, es probable que tus compañeros entiendan y apoyen tu decisión, sobre todo cuando vean tu actitud reflexiva.

Avisa con al menos dos semanas de antelación (o lo que establezca tu contrato)

Hablando de despedirse en buenos términos, avisar con al menos dos semanas de antelación o cumplir lo estipulado en el contrato es de buena educación. Legalmente, nada te impide dimitir en el acto. No podrás utilizar a la gente de esa empresa como referencia, e incluso puede ser sensato eliminar ese trabajo de tu currículum.

Dicho esto, sigue teniendo sentido presentar el preaviso de dos semanas. Por un lado, así te aseguras de que te paguen los atrasos o las bonificaciones que te deban. Sin embargo, lo más importante es que el preaviso da a tu equipo la oportunidad de asegurarse de que sus operaciones no se ven obstaculizadas por tu marcha.

La mayoría de los jefes aprovechan este tiempo para buscar a tu sustituto, y tú también deberías dedicarlo a traspasar tus responsabilidades.

Dependiendo de la naturaleza de su función, también debe informar a los clientes y socios externos de su situación y presentarles a tu sucesor para garantizar una transición fluida. Esto ayuda a mantener la confianza y continuidad que esperan clientes y socios, y demuestra tu compromiso con su satisfacción aunque ya no formes parte del equipo.

Durante este periodo, es esencial que documentes minuciosamente tus tareas, proyectos y responsabilidades en curso. Crear notas detalladas de traspaso, que incluyan contactos clave, plazos y cualquier información pertinente, puede ayudar significativamente a tu sustituto a ponerse al día. Esto ayuda al equipo y demuestra tu profesionalidad incluso cuando estás a punto de dejar la empresa.

No compartas demasiado

Una de las partes más importantes de mantener los límites profesionales es saber qué detalles deben mantenerse en privado. Anunciar tu marcha puede dar lugar a muchas preguntas de tu jefe o compañeros, y estas preguntas a veces pueden rozar el cotilleo.

Lo que hay que recordar es que, legalmente, no necesitan saber los motivos de tu marcha ni adónde vas a ir después. Todo lo que necesitan saber es que estás dispuesto a trabajar con ellos para garantizar una transición sin problemas y que tienes la intención de dejar tu empleo con elegancia.

Por supuesto, existe la entrevista de salida, que las empresas utilizan para recabar opiniones sobre tu experiencia e identificar áreas de mejora. Aunque es importante ser sincero durante este tipo de entrevistas, es mejor mantener las emociones bajo control.

Por ejemplo, si te preguntan por qué te vas, puedes decir simplemente: «He decidido buscar una nueva oportunidad que se ajuste a mis objetivos profesionales». Esta afirmación sigue siendo sincera, pero no entra en detalles que puedan dar lugar a más preguntas o a situaciones incómodas.

Mantente en contacto y da las gracias a tu equipo

Por último, no seas un extraño. Puede que ya no sean tus colegas, pero siguen siendo una parte valiosa de tu red ahora ampliada. Haz un esfuerzo por ponerte al día periódicamente. Puede ser a través de correos electrónicos ocasionales, mensajes de LinkedIn o incluso quedando para tomar un café o comer si se encuentran en la misma zona.

Además, asegúrate de estar atento a posibles oportunidades profesionales. Es posible que antiguos colegas piensen en ti cuando encuentren ofertas de trabajo, proyectos u otras oportunidades que se ajusten a tus habilidades e intereses. Del mismo modo, busca formas de colaborar con ellos en tu nuevo puesto o de ayudarles con sus objetivos profesionales.

Sé que he dicho que es sólo un trabajo. Pero al final, es cualquier cosa menos eso. Con la tecnología haciendo el mundo más pequeño, las personas con las mejores conexiones suelen encontrar el mayor éxito. La regla de oro es que nunca se sabe cuándo se puede volver a necesitar, así que no acostumbres a quemar puentes. De hecho, deberías esforzarte por reforzar esas conexiones siempre que puedas. Mucha suerte.

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