Si paramos un instante en cualquier restaurante de menú de la zona de bancos y oficinas de la ciudad, pronto reconoceremos a los empleados del sector de los negocios por su forma de vestir: traje oscuro, camisa clara, corbata y zapatos negros. Pero lo que podríamos describir de forma sencilla en el primer vistazo, resulta mucho más complicado tras una observación detenida. Si tenemos en cuenta lo expuesto anteriormente, la ropa de oficina o de negocios no sería más que un uniforme, y como tal da uniformidad y posibilita una adscripción inmediata a un gremio.
Sin embargo, tras esa aparente homogeneidad, un uniforme también marca claras diferencias jerárquicas y si no, no hay más que echarlo un vistazo a los militares por ejemplo, que lucen sus respectivas insignias de rango. ¿Y en el mundo de los negocios? ¿Cómo se distingue a un sargento de un oficial o de un general? Pues también por ciertos distintivos, no tan llamativos como las barras y las estrellas, pero no por ello menos claros.
Dominar con clase el estilo de la ropa de negocios significa llevar el uniforme de manera adecuada (impecable) y saber situarse en el escalón correcto del escalafón. Además, el uniforme tiene que indicar claramente de dónde se viene y adónde se desea llegar. Y eso se reconoce en detalles como el corte y el paño del traje, la corbata, la camisa, los zapatos o incluso los calcetines. Aquí tienes los accesorios para lucir un “uniforme” que te hará destacar en la cumbre.