La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha comenzado a preparar el terreno de cara a una posible rebaja de los tipos de interés en la reunión del próximo mes de junio, independientemente de que el dato más reciente de inflación en Estados Unidos pueda frenar el impulso en el mismo sentido de Jerome Powell, su homólogo al frente de la Reserva Federal (Fed).
En la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno, que mantuvo sin cambios los tipos de interés por quinta ocasión consecutiva, la francesa ha subrayado que si la evolución de los datos sigue reforzando la confianza del BCE, «sería apropiado reducir el nivel actual de restricción de la política monetaria».
Sin querer entrar en detalle, si bien ha reconocido que en la reunión de este jueves ya hubo «algunos miembros» con la confianza suficiente para mostrarse dispuestos a bajar tipos, Lagarde ha asegurado que el Consejo de Gobierno dispondrá en junio de «muchos más datos y mucha más información», además de contar también entonces con las nuevas proyecciones macroeconómicas, que incorporarán los datos más recientes.
Asimismo, después de conocerse ayer un dato de inflación de Estados Unidos en marzo más elevado de lo esperado y que podría demorar el comienzo de las bajadas de tipos de la Reserva Federal, Lagarde ha subrayado que el BCE es «dependiente de los datos, no dependiente de la Fed».
En este sentido, Raphael Thuin, jefe de estrategia de mercados de capitales en Tikehau Capital, considera que «la posibilidad de una reducción de la tasa en junio sigue intacta», a pesar de las robustas cifras de inflación en Estados Unidos, confirmando la tendencia emergente de que las políticas monetarias de los principales bancos centrales en 2024 podrían divergir.
De este modo, apunta que los inversores están ya considerando la probabilidad de una postura de política restrictiva prolongada en EE.UU., mientras que el BCE parece estar dispuesto a comenzar su giro debido a la debilidad relativa de la economía europea y la disminución de la inflación.
En esta línea, Alexander Batten, gestor de fondos de renta fija de Columbia Threadneedle Investments, apunta que las recientes sorpresas al alza de la inflación en EE.UU. habían puesto en duda que otros bancos centrales temieran iniciar sus procesos de relajación antes que la Fed, aunque destaca que «el BCE ha decidido claramente que fijará su política monetaria en función de las condiciones internas y no de consideraciones internacionales».
Asimismo, a pesar de que la presidenta Lagarde se ha esforzado en señalar que la senda de la política está condicionada por los datos que se reciban de aquí a junio, el experto considera que el primer recorte se producirá en junio y «el listón para que los datos lo desvíen es muy alto».
En este sentido, Konstantin Veit, gestor de cartera en PIMCO, también apuesta por una primera bajada de tipos en junio y afirma que «una vez que el BCE empiece a recortar los tipos, lo hará con cautela en los pasos convencionales de 25 puntos básicos» y anticipa hasta tres recortes del precio del dinero este año.
De una opinión parecida es Felix Feather, economista de abrdn, para quien, salvo sorpresas económicas importantes, el BCE está en camino de aplicar una rebaja en su próxima reunión de junio.
«No espere que se precipite a la hora de recortar los tipos de interés. A pesar de abrazar la idea de los recortes, los miembros de la institución también hicieron hincapié en la necesidad de mantener una política restrictiva durante algún tiempo, lo que impediría una serie de recortes muy bruscos», añade.