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Opinión Javier Ortega Figueiral

Estrenando hotel y helipuerto

El Torre Melina Gran Meliá mantendrá su plataforma para helicópteros, la única en un hotel urbano de España.
La marca Gran Meliá ya luce en lo más alto del Torre Melina. (Foto: JOF)

“Tengo una pregunta que quizá le parezca una ‘marcianada’”. No se lo pareció. Como si le hubiera interpelado por el número de restaurantes, el de suites o sobre el trabajo de arquitectura de Ferrater en el hotel que ocupa el 671 de la Avenida Diagonal de Barcelona, Gabriel Escarrer me confirmó este lunes que el nuevo Torre Melina Gran Meliá mantendrá el helipuerto que tiene desde la primera década de este siglo. La única en su tipo que tiene un hotel urbano en España.

Les pongo en contexto: este lunes se celebró el Forbes Summit Barcelona y el lugar elegido para desarrollarlo fue el antiguo hotel Rey Juan Carlos I, reabierto hace tres semanas como Torre Melina, en recuerdo los terrenos de masía del siglo XII sobre el que se levanta y en el que el nuevo gestor ha invertido 40 millones de euros para renovarlo y ponerlo al nivel de una de sus cuatro marcas de lujo: Gran Meliá.

Como comentó el presidente y consejero delegado del grupo hotelero a Ignacio Quintana, CEO de Forbes España durante la charla final del Summit, el establecimiento abría después de cuatro años cerrado con 391 habitaciones y suites, unos hermosos jardines, varios restaurantes, un Beach Club, 18 salones…

Esas descripciones corroboraban hasta que punto algunos altos directivos bajan hasta el detalle. Me pareció muy interesante cuando Escarrer describió el tipo de tecnología de los nuevos aires acondicionados y otras curiosidades de la reforma de un hotel que abrió sus puertas en 1992 y es un icono de la ciudad. En ese momento de tanta concreción se me encendió la bombilla del ‘aerotrastorno’ y aproveché el final de la sesión, previa al almuerzo, para acercarme al presidente y preguntarle por un detalle poco conocido de este cinco estrellas gran lujo: su helipuerto.

Una herencia de la F1

Aunque la llegada del Gran Premio de España al circuito de Montmeló se remonta a 1991, un año antes de la apertura del hotel, que abrió sus puertas pocos días antes de los Juegos Olímpicos, no fue hasta la explosión de la Alonsomanía, (la gloriosa etapa de Fernando Alonso con Renault en tiempos de Flavio Briatore) cuando la Formula 1 celebrada en el Circuito de Catalunya se convirtió en fiebre y espectáculo de masas. Erandecenas de miles de personas que en sus vehículos hacían que la entrada y salida por tierra al circuito fuera muy lenta.

La plataforma para helicópteros en la Hostería de Torazo, Asturias. (Foto: JOF)

Con esa explosión popular del Gran Premio de España también llegó otra explosión en la manera más especial de llegar hasta Montmeló: por vía aérea directamente al circuito. En la edición de 2007 llegaron a volar mil personas hasta el circuito a bordo de medio centenar de helicópteros para ver una carrera que ganó Felipe Massa pilotando un Ferrari. El brasileño sucedió a Fernando Alonso, ganador en la carrera disputada un año antes, en el que el hotel diseñado por Carlos Ferrater Lambarri inauguró un helipuerto para el traslado de sus clientes más selectos hasta el circuito. El helipuerto, situado en la parte trasera del edificio triangular y frente a la sede del RACC, Real Automóvil Club de Cataluña, un edificio que también tiene un helipuerto, aunque sobre su cubierta, fue certificado como instalación permanente y se le adjudicó un código designado por la Organización de Aviación Civil Internacional: LEJC.

Los códigos de cuatro letras de la OACI tienen un sentido: la primera designa la zona geográfica donde se encuentra el mismo según el reparto de la organización. La segunda letra indica el país donde se encuentra, mientras que la tercera y cuarta identifican la instalación en concreto. Por ejemplo, el aeropuerto de Madrid-Barajas es LEMD, el de Palma de Mallorca es LEPA, el helipuerto de Sevilla construido para la Expo’92 y hoy planamente operativo es LEEX, mientras que el aeropuerto de Lisboa-Portela es LPPT.

El helipuerto conocido por el Código LEJC recuerda, obviamente, al anterior nombre del establecimiento: JC por Juan Carlos I, sobre el que Quintana y Escarrer recordaron que los taxistas de la ciudad siguen y probablemente seguirán llamándole así algún tiempo y no por el nuevo nombre, hasta que Torre Melina forme parte de lo cotidiano de la ciudad… y es que el nombre de un lugar tan emblemático que se ha llamado de una manera durante más de 30 años es difícil de olvidar.

Hoteles y helipuertos

La aviación es un sector singular en el que la máxima de ‘zapatero a tus zapatos’ es muy aplicable. En este caso, una cosa es gestionar un hotel-resort con un palacio de congresos, en el que los diferentes departamentos ya están muy especializados, y otra llevar el día a día de una instalación aeronáutica, aunque esta esté dentro de tu recinto. La respuesta del presidente y CEO de Meliá sobre el helipuerto que ahora pasaba a ser de Meliá, me recordó que antes del cierre del hotel por la pandemia, cuando aún era un Fairmont, la empresa local BG Helicopters, basada en el circuito de Montmeló, iba a encargarse de la gestión de la pista de vuelo, algo que la covid-19 y el prolongado cierre del hotel congeló.

Un Agusta A109 en el helipuerto de Abadia Retuerta Le Domaine, Valladolid. (Foto: JB)

Obviamente este helipuerto no se va a convertir ahora en un constante ir y venir de aeronaves, sino que simplemente va a ser un complemento muy exclusivo que se usará puntualmente por perfiles de huéspedes muy determinados, pues para vuelos meramente turísticos, la ciudad ya dispone de un helipuerto en el puerto con entrada y salida por el Mediterráneo.

El de Torre Melina será una instalación VIP, como puede ser la que usan algunos huéspedes que se alojan en el Hotel Marqués de Riscal. Estos aterrizan en el helipuerto de Elciego (código LEGO), entre viñedos. También entre viñedos pueden aterrizar los huéspedes o visitantes de Can Bonastre (LEBS) en Masquefa, Barcelona, o junto al Duero en LEFI, helipuerto de Abadía Retuerta LeDomaine, el impecable hotel de Sardón de Duero, Valladolid.

Hay muchos hoteles más en el mapa de España, Baleares y Canarias incluidas, a los que se puede llegar en helicóptero, como el histórico Santa Marta, en Lloret de Mar o Mas de Torrent, ambos en Girona. También la Finca Cortesín o el Anantara Villa Padierna, en Málaga. En su caso los helicópteros llegan y sale de allí usando zonas acotadas de sus campos de golf, a modo de helisuperficies eventuales. Uno que está por llegar es el que Four Seasons está preparando en Formentor, Mallorca, para cuando abra el próximo mes de junio. En este caso se pretende que algunos de sus huéspedes puedan hacer un transfer aéreo directo desde los aeropuertos de son Sant Joan o Son Bonet o incluso llegar al nuevo establecimiento al norte de Pollença directamente desde otras islas o la península sin pasar por el aeropuerto de Palma, aunque de todos estos (y faltan unos cuantos en esta pequeña lista) el que sigue siendo único es Torre melina. Con esta nueva apertura, Meliá estrena el único hotel urbano de España con helipuerto. Un complemento perfecto para un hotel que quiere recuperar el esplendor de aquellos primeros años.

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