El índice de precios de consumo (IPC) de China registró el pasado mes de diciembre una caída interanual del 0,3%, inferior a la bajada del 0,5% de los precios en el mes anterior, en lo que supone el tercer mes consecutivo de caídas y la mayor secuencia deflacionista en el país desde 2009.
De este modo, según ha informado la Oficina Nacional de Estadística del gigante asiático, la tasa de inflación de China cerró el año en un promedio del 0,2%.
La contracción de los precios en China en el mes de diciembre obedeció al abaratamiento del 3,7% de los alimentos, tras la caída del 4,7% en noviembre, así como a la bajada del 1,4% del precio de la energía, frente al descenso del 2,9% en noviembre.
De su lado, la tasa de inflación subyacente de China, que excluye alimentos y energía por su mayor volatilidad, se mantuvo estable en diciembre en el 0,6%.
Por otro lado, la Oficina Nacional de Estadística ha informado este viernes de que los precios de producción industrial en China cayeron en diciembre un 2,7% anual, frente a la bajada del 3% en noviembre, lo que resulta en un descenso promedio del 3% para el conjunto de 2023.
«Los efectos del Año Nuevo chino significan que la inflación será volátil en el corto plazo. Pero a lo largo de este año, creemos que la deflación de los precios de los alimentos y la energía seguirá disminuyendo, mientras que la actual recuperación cíclica de la actividad económica sustentará un ligero aumento de la inflación subyacente», ha señalado Julian Evans-Pritchard, economista jefe para China de la consultora Capital Economics.