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Forbes Startups | La nueva frontera del Real Estate 3.0

El mercado inmobiliario se transforma rápidamente mediante la copropiedad.

El sector inmobiliario no solo representa el conjunto de activos con mayor valor en la economía global, también representa el hogar, la familia, el descanso vacacional, así como la oportunidad de generar riqueza a largo plazo y un legado familiar.

En nuestra era de avances tecnológicos y sostenibilidad emergen modelos alternativos de vida y consumo, desafiando las nociones tradicionales de dónde y cómo vivimos; ya no es necesario poseer el 100% de un coche, una oficina o un barco para disfrutarlos. Estos tiempos, también marcados por los desafíos económicos constantes, han hecho que la compra o alquiler de una primera o segunda vivienda sea una tarea ardua, casi imposible, para muchas personas, que empiezan a cuestionar el modelo tradicional.

Ante esta realidad, el sector inmobiliario debe adaptarse e innovar, ofreciendo nuevas fórmulas de consumo que permitan flexibilizar la compra y el uso del activo, más allá del simbolismo tradicional de la propiedad.

La primera fase de innovación inmobiliaria fue el Real Estate 1.0, una revolución habilitada por Internet, que buscaba proporcionar información completa y accesible en línea, empoderando a compradores y vendedores de viviendas. Empresas como Zillow en USA o Idealista en España lideraron esta fase. Después llegó el Real Estate 2.0 que se centró en simplificar la transacción, pues cerrar una venta seguía siendo complicado, costoso y lento. Empresas como Casavo, Clikalia o Tiko fueron claves.

Los cambios sociales y económicos de los últimos años han precipitado una revolución emocionante y positiva: el Real Estate 3.0. Un nuevo paradigma inmobiliario que ‘cuestiona’ el modelo tradicional de propiedad inmobiliaria y que ofrece alternativas más flexibles, accesibles y asequibles para el consumidor.

El Real Estate 3.0 encuentra en la copropiedad vacacional un aliado natural, que desafía el concepto tradicional de propiedad al permitir que múltiples inversores compartan una propiedad vacacional. Esta modalidad no solo hace que la inversión sea más accesible, sino que también permite a los copropietarios disfrutar físicamente de sus inversiones, una idea que está ganando terreno en Europa, siguiendo el éxito observado en Estados Unidos.

La copropiedad funciona dividiendo una propiedad vacacional en fracciones, cada una de las cuales pertenece a un inversor diferente. Estos copropietarios disfrutan del uso de la propiedad durante todo el año, mientras que una entidad gestora se encarga del mantenimiento y la administración.

Este modelo no solo democratiza el acceso a propiedades, sino que también promueve una inversión más sostenible. La copropiedad reduce la huella ecológica mediante el uso compartido y eficiente de los recursos, ofreciendo una alternativa atractiva en el mercado inmobiliario actual.

Mirando hacia el futuro, la copropiedad parece estar en camino de convertirse en un pilar del mercado inmobiliario vacacional, y también de generar un cambio cultural en cómo entendemos y disfrutamos de las propiedades vacacionales. La evolución tecnológica, el creciente interés en modelos de inversión alternativos y la constante tensión de oferta y precios, hacen que su potencial sea enorme. En VIVLA estamos comprometidos a liderar este cambio, ofreciendo experiencias vacacionales única, rentabilidades atractivas para miles de familias que confían en la copropiedad como vehículo para generar riqueza a largo plazo y maximizar el disfrute vacacional a corto plazo.

*Carlos Gómez, CEO y co-fundador de VIVLA

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