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La firma Cartier vuelve a demostrar en Madrid que es la maestra de las formas

Cartier celebra su creatividad en relojería a través del evento Cartier, la Maison relojera de las Formas.
Cartier, la Maison Relojera de las Formas ©Pequita

Cuadrados, rectangulares, ovalados, redondos, con forma de cojín… Los relojes de Cartier han adoptado casi todas las apariencias posibles. Incluso una tan disruptiva como la del modelo Crash, que parece lo que su nombre revela, que ha sido deformado tras un accidente, y que recuerda a los relojes blandos de Salvador Dalí. Todas esas curvas y rectas se han unido ahora en un evento celebrado en un céntrico hotel de Madrid. Con él, la marca ha querido demostrar que sus artesanos y diseñadores han estado sobrados de creatividad a lo largo de su historia.

Todas esas curvas y rectas se han unido ahora en un evento celebrado en un céntrico hotel de Madrid. Con él, la marca ha querido demostrar que sus artesanos y diseñadores han estado sobrados de creatividad a lo largo de su historia.

La selección que ha formado parte de Cartier, la maison relojera de las formas ha incluido ejemplares longevos y otros lanzados este mismo año. Preservados en vitrinas, rodeados de flores, cojines con panteras (el animal que representa a la enseña) y bocetos de relojes en un entorno de lo más elegante, han disfrutado de ellos amigos de la casa como la actriz Manuela Velasco, la bailarina y coreógrafa Blanca Li, la diseñadora Blanca Miró, la piloto Carmen Jordá y el cantante Guitarrica de la Fuente.

Alfonso-Bassave-©Javier-Biosca.

Todos ellos han podido ver de cerca la edición limitada para Europa de un Tank Louis Cartier realizado en platino, presentado por primera vez en España. También las novedades de 2023, entre ellas algunos relojes joya y otros Cartier Privé, pensados para coleccionistas. En los últimos tiempos, Cartier ha escogido cada año uno de sus modelos históricos para renovarlo, modernizarlo y venderlo en edición limitada y numerada. Y en este ejercicio ha añadido a la colección siete versiones del Tank que Louis Cartier creó en 1917, llamado Tank Normale, algo más cuadrado que el resto.

Primero, el diseño

Las primeras piezas relojeras de Cartier, que hoy pertenece al grupo de lujo suizo Richemont, se plasmaron en los registros de la compañía a partir de 1853, y algunas de ellas han llegado hasta nuestros días como auténticos iconos que la firma sigue reinterpretando: el Tank, el Santos, el Crash, el Baignoire, el Pasha… Sus códigos estéticos apenas han variado en todo este tiempo, pues siguen mostrando la minutería de ferrocarril, el cabujón de zafiro, de espinela azul o de rubí, las agujas azuladas en forma de espada, la esfera con un grabado guilloché y los números romanos, por ejemplo.

A la hora de dar vida a un nuevo reloj, en los talleres de Cartier comienzan por el diseño, y la técnica le va a la zaga. Además, siempre tienen presentes los principios creativos que les guían: la pureza de la línea, la precisión de la forma, la exactitud de las proporciones y la belleza de los detalles.

En los años 70, el personal encargado del patrimonio de Cartier comenzó a reunir relojes y joyas producidos en los primeros años de actividad de la marca con el fin de conservarlos, lo que dio lugar a la fundación de la Colección Cartier en 1983. Actualmente, dicha compilación contempla unas 3.500 piezas, que datan desde la década de 1850 hasta los 2000, por lo que supone un archivo fundamental para estudiar cómo han evolucionado las artes decorativas desde la segunda mitad del siglo XIX.