John Davis, de 68 años, disfruta comiendo el tipo de comida que gusta a los adolescentes. Es hijo de un multimillonario, así que ya ha probado el caviar y el champán, pero ahora lo suyo es Blaze Pizza, Wetzel’s Pretzels, PopUp Bagels y Dave’s Hot Chicken. Son cuatro de las franquicias de comida rápida que más han crecido en las dos últimas décadas, y Davis ha invertido en ellas y ha ayudado a dirigirlas.
«Como en ellas todo el tiempo, pero engordas mucho si no tienes cuidado», dice Davis a Forbes. «Tengo el gusto de las masas».
El don de gentes de Davis fue decisivo para convertirlo en uno de los productores más prolíficos de Hollywood, con 115 créditos que suman unos 8.000 millones de dólares en taquilla, incluidos éxitos como Yo, Robot (353 millones de dólares de recaudación mundial) y Doctor Dolittle (470 millones de dólares los dos primeros), y trece series de televisión (Magnum P.I. y The Blacklist, entre otras). Si bien es cierto que empezó como un niño de papá –su padre, el magnate del petróleo Marvin Davis, era dueño del estudio 20th Century Fox a principios de los años ochenta–, su extensa familia ha sido protagonista de páginas de cotilleos al estilo de Page Six durante décadas y ha tenido que superar tragedias para triunfar.
Y lo ha conseguido, tanto en Hollywood como en el mundo de las cadenas de restaurantes, donde podría ser el inversor más infravalorado del sector. Ha ganado millones con las cuatro franquicias gracias a un manual con cuatro elementos clave: instalar su propio equipo de gestión, conseguir inversores con mucho dinero dispuestos a gastar, tomar él mismo la mayor participación en la propiedad y vincular una celebridad a la marca: LeBron James a Blaze, Paul Rudd a PopUp Bagels y Drake a Dave’s Hot Chicken.
Según Davis, esta última cadena podría convertirse en la que más dinero genere. Lo que empezó con tres chicos en un aparcamiento de East Hollywood cuenta ahora con más de cien locales, lo que sitúa a Dave’s Hot Chicken entre las empresas de más rápido crecimiento de Estados Unidos en 2022. Está en camino de lanzar 75 locales adicionales este año. Drake se unió a la diversión en 2021 después de que Dave’s organizara su celebración por haber ganado el premio Billboard al Artista de la Década.
Una de las tareas de Davis es reunir a su docena de inversores habituales. «Simplemente vamos de acuerdo en acuerdo», cuenta Davis a Forbes. «Si quiero conseguir dinero para un concepto de restaurante, puedo hacerlo en una tarde. Simplemente cojo el teléfono, les llamo y ya están dentro. La razón es que siempre han ganado dinero».
Davis creció rico. Su padre, el multimillonario Marvin Davis, de 1,90 m y 90 kg, hizo su fortuna perforando pozos en zonas inexploradas de las Montañas Rocosas. Más tarde se diversificó en Hollywood y otros activos llamativos, como el hotel Beverly Hills, Aspen Skiing Co. y el campo de golf de Pebble Beach. Cuando murió en 2004, a los 79 años, tenía un patrimonio de 5.800 millones de dólares y era la trigésima persona más rica de Estados Unidos, según Forbes.
Al joven Davis no le interesaba el petróleo: «No me hace mucha gracia», dice. Pero cuando su padre compró un cine de barrio, a John Davis le entró el gusanillo. Vendía palomitas y trabajaba de acomodador, y veía unas 300 películas al año. Cuando se hizo mayor, le entusiasmó la emergente industria de la televisión por cable, con doble fuente de ingresos: publicidad y abonados. La comida también llamó su atención. En Harvard, Davis escribió su tesis de MBA sobre tiendas de comida gourmet y tendencias de restauración.
Después de que su padre comprara 20th Century Fox en 1981 por 725 millones de dólares, Davis, recién salido de Harvard Business, se metió a productor. Aceptó la oferta de su padre de trabajar a las órdenes del ahora multimillonario Barry Diller, que dirigía el estudio. «Hasta que mi padre venda Fox, que sé que lo va a hacer, me voy a tomar tres años para aprender todo lo que pueda sobre hacer películas y conocer a todo el mundo», recuerda Davis.
En 1984, Marvin Davis vendió su participación a Rupert Murdoch. John Davis, que entonces tenía treinta años, se quedó al principio, pero acabó marchándose para fundar su propio estudio, Davis Entertainment.
Después de cuatro décadas en el mundo del espectáculo, Davis ha acumulado una gran lista de contactos. Su primera película fue Predator, de Arnold Schwarzenegger, en 1987; actualmente está rodando la séptima con Eddie Murphy. Ha trabajado con Bill Murray, Will Smith, River Phoenix, Jennifer Lawrence y Kevin Costner. Tiene cuatro películas a punto de estrenarse y cinco series de televisión en emisión. En Fox, tuvo un contrato de primer visionado de películas durante más de dos décadas. En Sony, tuvo un contrato de televisión durante años, antes de cambiar a NBC Universal hace cuatro años.
«El cine y la comida son entretenimiento», dice Davis. «Me encanta estar ahí en el mejor momento de su día».
La familia de Davis inspiró a los Carrington de la telenovela Dinastía. Al igual que los personajes de esa serie de éxito llena de drama, Davis pasó años haciendo tratos mientras sus hermanos se peleaban por la herencia de su padre.
La comida de Davis, como sus películas, va dirigida al público más amplio posible. Eso es parte de lo que ha aprendido a lo largo de dos décadas de inversión en restaurantes, sobre todo después de que algunos conceptos en los que había invertido a través de un fondo, como una cadena de estilo italiano llamada Pasta Pomodoro, y la marca de yogur helado Red Mango, no despegaran lo bastante rápido. Pero la inversión de Davis en restaurantes puede competir con inversores con mucha más experiencia y mayores fondos, como Roark Capital. Lo que distingue a las últimas inversiones de Davis es su enfoque en el marketing de celebridades, combinado con la gestión de operadores de restaurantes experimentados.
Durante los últimos 25 años, Davis «ha encontrado marcas que hacen una cosa realmente bien, a las que la gente puede aferrarse», dice Ben Richter, cofundador y consejero delegado de Wake & Late, una pequeña cadena de desayunos-burritos del sur de California. «Es un éxito tras otro. Crean productos virales. No mucha gente puede decir que lo hace, pero él conoce los buenos productos, y cuando lo dice, confío en él».
No hay muchas líneas de negocio que puedan crecer sin que los inversores pongan más dinero, asegura Davis. «Pusimos un millón de dólares en Wetzel’s Pretzels», dice. «Es todo el efectivo que necesitábamos para llegar a las 350 tiendas, que tenía cuando la vendimos. Nunca tuvimos que invertir más dinero en Blaze. Ni en Dave’s».
Ni siquiera Davis sabía lo popular que llegaría a ser la franquicia Dave’s Hot Chicken. Es conocido por sus pinchos de pollo picantes con patatas fritas y sus sándwiches de pollo frito al estilo de Nashville. El pollo se puede preparar con siete niveles diferentes de picante, desde No Spice hasta Reaper, con la particularidad de que para pedirlo hay que firmar una renuncia.
En 2018, los fundadores, cuyas ventas alcanzaron los cinco millones de dólares en su único local, vendieron los derechos de franquicia y el 50% de la empresa a Davis; al compinche favorito de Davis, Bill Phelps; y a un grupo inversor que incluye a Drake, la exprimera dama de California Maria Shriver, la personalidad televisiva y miembro del Salón de la Fama de la NFL Michael Strahan y al actor Samuel L. Jackson. Phelps dirige ahora la estrategia de franquicias de la marca como consejero delegado. Se están preparando más de 700 franquicias en California, Texas, Nevada, Nueva York, Washington, Maryland e Illinois, así como en Oriente Medio y Canadá.
Phelps ha trabajado con Davis desde que éste compró Wetzel’s Pretzels en 1997, que Phelps cofundó con Rick Wetzel en Pasadena, California, tres años antes. Phelps dijo que cuando Davis se le acercó por primera vez, no estaba interesado en la inversión, pero Wetzel le dijo a Phelps: «Es el hijo de Marvin Davis, ¡llámale tú!». Decidieron un nuevo plan de expansión, sin mucho crecimiento de los gastos generales.
«En Wetzel’s Pretzels, mis inversores recuperaron el equivalente a su inversión cada año hasta que la vendimos», dice Davis. «Lo mismo ocurrirá con el pollo. Es un modelo de negocio maravilloso».
Davis y su grupo de inversores vendieron toda su participación en Wetzel’s en 2008, a trece veces la inversión inicial, con una valoración de unos 36 millones de dólares.
Phelps se quedó como CEO y mantuvo una participación antes de irse en 2019. Davis llamó a Phelps y le dijo: «Tengo al siguiente», y Phelps decidió renunciar a la jubilación para convertirse en el CEO de Dave’s Hot Chicken.
«Tiene un gran instinto para los negocios», dice Phelps de Davis. «Es increíblemente encantador y tiene habilidad para conseguir acuerdos».
Entre la adquisición de Wetzel’s y Dave’s Hot Chicken, Davis y su equipo tenían otro gran negocio: Blaze Pizza. Fundada en 2011, Blaze atrajo rápidamente a Davis, que reclutó a James, de la NBA, para que invirtiera. El multimillonario jugador de baloncesto también se convirtió en portavoz de Blaze. Las franquicias crecieron para el grupo de restaurantes con sede en Los Ángeles, que se convirtió en el principal concepto de franquicia de pizza fast-casual del país. Ahora tiene más de 380 restaurantes en 38 estados y seis países.
Davis todavía posee el 25% de su inversión inicial en Blaze Pizza y se sienta en la junta. Abrió trece restaurantes en 2022 y firmó siete acuerdos de desarrollo de unidades múltiples, que añadirán 27 restaurantes. Su participación minoritaria en Blaze se vendió por un valor estimado de 250 millones de dólares a la firma de capital privado Brentwood Associates en 2017. Davis dice que sus inversores sacaron el 80% después de eso, y ganaron aproximadamente cuarenta veces su inversión inicial.
«Me gusta el modelo de franquicia, ya que puedes crecer muy rápidamente sin diluirte porque, en efecto, los franquiciados financian la empresa», dice Davis.
Shriver, cuyo exmarido es Schwarzenegger, es una de los inversores que siempre está dispuesta a invertir en los negocios de Davis. Además de respaldar Dave’s Hot Chicken, Shriver también fue una de los inversores originales de Blaze Pizza. Tom Werner, copropietario de los Boston Red Sox, también es inversor de Blaze Pizza.
También está PopUp Bagels, que comenzó como una ventana de recogida en el patio trasero durante la pandemia y ahora tiene tres ubicaciones. Davis invirtió en 2022. Entre los famosos que respaldan PopUp Bagels figuran los actores Rudd y Patrick Schwarzenegger, los hermanos de la NFL J.J. y T.J. Watt, el nadador olímpico Michael Phelps y Strahan.
Las marcas no dejan de proponer a Davis que invierta, y su próximo concepto ya está en marcha. No quiere decir exactamente de qué se trata, pero susurra que hace poco probó un postre y un concepto de tacos.
«Si no soy el mayor inversor, ¿por qué van a seguirme mis inversores?», dice Davis. «Me considero una incubadora de restaurantes».