Warren Buffett, uno de los inversores más exitosos de todos los tiempos, tiene una extraña habilidad para transformar unos comienzos humildes en logros monumentales. Antes de amasar una inmensa fortuna gracias a su destreza inversora, el «Oráculo de Omaha» comenzó su andadura empresarial como joven vendedor ambulante de botellas de Coca-Cola, compañía en la que su compañía Berkshire Hathaway actualmente posee una participación del 9%. De vendedor a dueño.
«Me dediqué a los negocios muy pronto», cuenta en «Becoming Warren Buffett», un documental autobiográfico de 2017 que narra la evolución de un niño de Nebraska que se ha convertido en uno de los hombres más admirados del mundo. «Empecé vendiendo Coca-Cola puerta a puerta. Vendí chicles puerta a puerta. Vendía revistas y periódicos», dice Buffet, de 92 años, al principio del documental en el que relata su vida.
Su padre, que era ‘bróker’ de bolsa, tenía una pila de libros sobre inversión que el pequeño Warren devoraba con avidez. Le encantaban la lectura y los números, así que un día en la biblioteca pública encontró uno titulado «Mil maneras de ganar 1.000 dólares» y se puso a calcular. «Una de las maneras era tener máquinas de pesar por un céntimo, así que me senté y calculé cuánto costaría comprar la primera máquina y luego cuánto tardaría en obtener beneficios y después cuánto comprar otra», explica Buffet sobre cómo esa pasión por los números empezó a generar un interés por la inversión.
Comprar máquinas de pesar era un asunto complicado para un menor de edad de los años 30 cuya paga semanal era de cinco céntimos a la semana. Así que pensó en cómo podía aumentar sus ingresos y decidió convertirse en vendedor a domicilio de periódicos, revistas, chicles y coca-cola. «Repartía 500 periódicos al día y ganaba un penique por periódico, pero con el tiempo esos céntimos se convirtieron en algo más», dice Buffet en el documental.
Esto es realmente excepcional, porque Buffett tenía entonces unos 7 años y compraba paquetes de seis botellas de Coca-Cola por 25 céntimos y vendía cada unidad por 5 céntimos, duplicando así su inversión inicial. Este negocio le permitió conseguir dos cosas: acumular ahorros con los que realizó sus primeras inversiones a principios de los años veinte y darse cuenta del poder de la marca de la empresa de bebidas más importante del mundo.
Precisamente, una de las características de la estrategia de Buffett es invertir en empresas que tienen una marca líder en el mercado que hace que los consumidores estén dispuestos a pagar un precio superior por sus productos. Coca-Cola es una de esas empresas.
De vendedor a dueño de Coca-Cola
No sería hasta 1988 cuando Buffet realizaría su primera inversión en Coca-Cola. A la edad de 58 años, desembolsó unos 1.000 millones de dólares para comprar acciones de la emblemática empresa de refrescos que costaban unos 2 dólares por acción. Hoy las acciones de la empresa rondan los 61 dólares, lo que significa que en 35 años las acciones que compró entonces se han revalorizado aproximadamente un 2.950%.
Tras aquella inversión inicial, su empresa Berkshire Hathaway ha seguido comprando acciones de Coca-Cola hasta poseer actualmente el 9% de la compañía. Es una de las empresas más emblemáticas de Buffett, ya que es el prototipo de la inversión «valor», el estilo de inversión que sigue por el que se centra en buscar empresas reconocidas a nivel mundial con una sólida base de consumidores.
Una de las claves del estilo «valor» predicado por «El Oráculo de Omaha» es comprar acciones de estas distinguidas empresas cuando atraviesan dificultades. En aquel momento, a finales de los 80, Coca-Cola atravesaba un momento complicado debido al cambio en las preferencias de los consumidores, pero la fe inquebrantable de Buffett en el valor perdurable de la marca le llevó a tomar una valiente decisión.
Hoy, el 9% de Coca-Cola, valorado en más de 20.000 millones de dólares, es una de las inversiones más lucrativas de Berkshire. A lo largo de tres décadas, sólo los dividendos obtenidos pagados por la empresa de refrescos al conglomerado han contribuido significativamente a la inmensa riqueza de Buffett, además de permitir a su empresa realizar otras inversiones y diversificar la cartera.
Buffet es actualmente la quinta persona más rica del mundo con un patrimonio de unos 114.000 millones de dólares, una fortuna que en gran parte ha sido amasada con la inversión en Coca-Cola. Eso es algo que nunca habría podido suceder si no hubiera trabajado como vendedor, ya que desde muy joven reconoció el inmenso valor de las marcas reconocidas, algo característico de otras de sus inversiones.
Paciencia, no dejarse llevar por los altibajos de la economía e invertir en tiempos de crisis son los otros factores que han hecho que sus inversiones estratégicas en Coca-Cola no sólo ejemplifiquen su enfoque visionario, sino que también pongan de relieve la importancia del pensamiento a largo plazo para crear una gigantesca fortuna.