Cada día es como unas vacaciones para Jimmy Buffett. Cuando FORBES se reunió con el cantautor en diciembre de 2022, acababa de regresar de las Bahamas. Barts, el paraíso caribeño donde vive desde hace 30 años. «Hemos visto todo tipo de diversiones ir y venir en esa pequeña roca», dice Buffett.
Sus días de trabajo también pueden ser tiempo de ocio. Buffett, de 76 años, se ha forjado una carrera -y una fortuna de diez cifras- destilando el ambiente despreocupado de la isla en canciones de éxito, productos, una cadena de restaurantes, complejos turísticos e incluso urbanizaciones cerradas. Esas cinco décadas al sol han dado sus frutos: FORBES calcula que Buffett tiene actualmente un patrimonio neto de 1.000 millones de dólares. (No ha querido hacer comentarios sobre su fortuna).
La fiesta empezó a principios de los 70, cuando Buffett aterrizó en Key West (Florida) tras unos años en Nashville como músico country novel. «Nunca se me ocurrió la idea de tener una marca ni nada parecido hasta que llegué a Cayo Hueso», declaró Buffett a FORBES en diciembre. En esa pequeña lengua de arena, a sólo 160 km de La Habana, tocó en clubes locales y poco a poco fue forjando su característico sonido de rock tropical, combinando folk, calipso, rock y pop para crear un género indeleblemente nuevo.
Su consagración llegó con los acordes playeros y desenfadados de su éxito Margaritaville, de su álbum de 1977, Changes in Latitudes, Changes in Attitudes. El LP alcanzó el disco de platino ese año, y Margaritaville se convirtió en un himno para sus fieles seguidores, que se autodenominan Parrotheads. En 1984, un acuerdo de licencia con la cerveza Corona revitalizó sus emisiones radiofónicas y contribuyó a que la marca de cerveza pasara del 2% al 17% de cuota de mercado en cervezas importadas en sólo cuatro años.
A medida que crecía su popularidad, Buffett veía cada vez más camisetas de imitación en las tiendas de Key West, a la venta sin su aprobación, y a menudo con su nombre mal escrito «Buffet». Quería tener su propia marca, así que se asoció con su vieja amiga Donna «Sunshine» Smith para abrir la primera tienda de camisetas Margaritaville en Cayo Hueso en 1985.
«Si eres un artista, si quieres tener el control de tu vida… entonces tienes que ser un hombre de negocios, te guste o no», dijo Buffett a FORBES en 1994. «Así que el hombre de negocios evolucionó a partir de ser un artista».
Aquella tienda acabó convirtiéndose en un imperio que abarca novelas superventas (como Cuentos de Margaritaville, de 1989), un musical de Broadway, la discográfica Mailboat Records y una emisora de radio por Internet. Hace tres décadas conoció a John Cohlan, un antiguo ejecutivo financiero cuya empresa invirtió en varias cadenas de comida rápida. Más tarde, Cohlan se convirtió en consejero delegado de Margaritaville Holdings y transformó la empresa en lo que ahora es una operación global de licencias en expansión que generó 2.200 millones de dólares en ventas en 2022 -sin incluir los 400 millones de dólares (ventas estimadas) del negocio de bebidas de Buffett-, según una fuente cercana a la empresa.
Desglose de los mil millones de Buffett
La marca Margaritaville abarca más de 30 complejos vacacionales repartidos desde Manhattan y Palm Springs hasta la República Dominicana y México. Hay 150 restaurantes temáticos de Buffett, tanto independientes como dentro de los complejos de EE.UU. y el Caribe, que sirven margaritas «Who’s to Blame» y Jammin’ Jambalaya de Jimmy. Hay casinos en Luisiana y Puerto Rico, ropa de Margaritaville y mezclas de bebidas heladas, flotadores de piscina y juegos de pickleball. Y luego están las asociaciones independientes de bebidas alcohólicas: Cerveza Landshark y ponche tropical (con AB InBev), tequila Margaritaville y, por supuesto, margaritas y cócteles listos para beber (ambos con Sazerac).
Sus nuevas aventuras prometen aún más diversión Buffett 24 horas al día, 7 días a la semana: Cruceros de dos noches y tres días por el Caribe («Margaritaville at Sea») ofrecen un respiro de las comunidades residenciales de Florida y Carolina del Sur a las que miles de Boomer Parrotheads llaman ahora hogar.
Documentos revisados por FORBES revelan que Buffett posee una participación del 28% en la empresa de licencias, cuyo valor se estima en 180 millones de dólares, más otros 60 millones procedentes del negocio del tequila y la cerveza. El resto de su fortuna comprende unos 570 millones de dólares amasados a lo largo de toda una vida de giras y ventas de discos, un catálogo musical valorado en 50 millones de dólares y una colección de 140 millones de seis casas, cuatro aviones y un yate, así como acciones de Berkshire Hathaway, el conglomerado inversor dirigido por Warren Buffett (a pesar de los rumores, no tiene parentesco). No está nada mal para este nativo de Pascagoula (Mississippi), que procede de una familia de pescadores de cangrejos y capitanes de barco, y que pasó sus primeros años de adulto trabajando como músico callejero en la universidad y brevemente para la biblia de la industria musical Billboard.
Su enorme éxito ha impresionado incluso al Buffett de Omaha, la quinta persona más rica del mundo y un viejo amigo. «Ojalá hubiera más Jimmy Buffetts, pero no los hay», dice Warren Buffett a FORBES. «¡Dile a Jimmy que me incluya en su testamento!».
