Economía

El supervisor suizo manejó hasta cuatro escenarios para Credit Suisse, incluida la bancarrota

La Autoridad de Supervisión del Mercado Financiero de Suiza (Finma) ha explicado que hasta el momento en que se tomó la decisión para el rescate de Credit Suisse mediante su adquisición por parte de UBS había trabajado en cuatro potenciales alternativas, incluyendo, además de la adquisición del banco por otra entidad, la nacionalización temporal, la resolución y un plan de emergencia para la quiebra de la institución.

«Desde el principio, Finma persiguió el objetivo de mantener abiertas tantas opciones como fuera posible», ha indicado en rueda de prensa Marlene Amstad, presidenta de la junta directiva de Finma.

De este modo, ha aclarado que llegaron a prepararse cuatro opciones hasta que se tomó la decisión, señalando las alternativas de «resolución, plan de emergencia con quiebra del grupo, propiedad pública temporal y una toma de control».

«En concreto, esto significó que el 19 de marzo también estaban listos para su firma un proyecto de decreto de resolución y un decreto concursal con los respectivos planes de actuación», ha indicado.

En cuanto a la actuación definitivamente implementada, facilitando la adquisición de Credit Suisse por su rival UBS, la responsable de Finma ha señalado que Suiza ha sido el primer país en lidiar con la aplicación práctica de la legislación para abordar crisis en bancos demasiado grandes para caer.

En este sentido, ha recordado que en el caso de Credit Suisse se aplicaron muchos elementos de la legislación, mientras que ha defendido las excepcionales circunstancias de la crisis esta entidad por lo que las autoridades «se habrían arriesgado a no detener una crisis financiera inminente utilizando la herramienta de resolución, sino más bien desencadenando tal crisis financiera».

«Esto habría tenido efectos extremadamente dañinos para Suiza y su sistema financiero. Nos hubiésemos arriesgado a tirar el primer dominó», ha afirmado.

Asimismo, Amstad ha querido defender la actuación del supervisor financiero recordando que en estos años Finma había hecho públicos seis procedimientos contra Credit Suisse, añadiendo que en el verano de 2020 ya exigió a la entidad colchones de liquidez más altos que los requeridos por ley.

«Fue solo gracias a estos colchones de liquidez adicionales de precaución que Credit Suisse pudo sobrevivir al «pánico bancario» de octubre de 2022, ha defendido la presidenta de Finma, destacando que el banco registró salidas de fondos de clientes «históricamente sin precedentes» con una caída de los depósitos de 138.000 millones de francos suizos (138.774 millones de euros) en el cuarto trimestre de 2022.

DEMANDA MAYORES PODERES.

Por otro lado, la presidenta de Finma ha advertido de que los procedimientos abiertos estos años respecto de Credit Suisse y la desaparición finalmente de la entidad plantean cuestiones fundamentales sobre la «caja de herramientas» de la que dispone el supervisor.

«Como muestran los acontecimientos que rodean a Credit Suisse, nuestros instrumentos alcanzan sus límites en casos extremos. Por lo tanto, vale la pena considerar una extensión», ha señalado Amstad.

En concreto, ha advertido de que Finma no tiene el poder de imponer multas, lo que lo convierte en una excepción respecto de otros centros financieros importantes, así como tampoco un régimen de altos directivos que facilite asignar claramente las responsabilidades individuales de los órganos de dirección.