Todo A nadie le extraña lo que está sucediendo en los mercados. Los titulares en el espacio de la economía se han copado de frases como “la llegada del mercado bajista” o la “posibilidad de entrada en una recesión con lo que se está observando en las bolsas”. ¿Qué está sucediendo y cuál es el impacto que puede tener todo esto con posterioridad? Te contamos los puntos más destacables.
¿Qué ha pasado en las bolsas?
Las acciones mundiales han tenido unas semanas difíciles y han caído con especial fuerza desde que la Fed subiera los tipos de interés en 50 puntos básicos (0,50%) el pasado 4 de mayo. Por una vez, Wall Street está teniendo un comportamiento peor que la media de bolsas, debido a que su elevada ponderación en valores tecnológicos y de crecimiento juega en su contra.
“El mercado está como una noria, roto, y con una enorme volatilidad, motivado fundamentalmente por la inflación, que ha provocado que los bancos centrales tengan que hacer políticas de ajustes monetarios, y en paralelo el crecimiento económico se está desacelerando, evidentemente el panorama pinta regular”, apunta en Bull&Bear de Twitch José María Luna, asesor financiero en Luna Sevilla Asesores Patrimoniales.
Pero estos no son los únicos factores, indican los expertos. También tiene que ver con las subidas descomunales que se han visto en los últimos años en el sector de la tecnología. “Los descensos generalizados en las bolsas se pueden entender por el peso tecnológico que tiene el mercado (con más de un 20% de representación dentro del S&P 500), que ha entrado en plena tendencia bajista por las valoraciones tan altas que algunas compañías han alcanzado sobre el parqué”, apunta Alfredo Rodríguez, analista financiero independiente.
¿Por qué ha pasado?
El día clave de activarse en mayor medida las alarmas sobre las bolsas fue en la última reunión de la Reserva Federal del pasado 4 de mayo. “Al empezar a descontarse que el ciclo monetario restrictivo tenía que seguir produciéndose y que, por tanto, las posibilidades de que la economía de Estados Unidos pudiese entrar en recesión como consecuencia de la contención del consumo al incrementarse el precio del dinero, los inversores han decidido ir vendiendo y salirse del mercado”, ahonda Rodríguez.
El denominador común de los expertos se mueve en torno a diferentes factores: una inflación que no cesa en niveles muy elevados, una subida de tipos de interés escalonada, unos cuellos de botella que siguen torpedeando las cadenas de suministro, y una guerra en Ucrania tras la invasión rusa que no tiene visos de acabar pronto.
¿Cómo afecta esto a la economía?
Es una pregunta que muchos inversores particulares se realizan, pero más bien ha de plantearse a la inversa. Las bolsas reaccionan ante las expectativas económicas. “El retroceso abrupto en el Nasdaq y el S&P 500 están descontando una desaceleración económica en Estados Unidos”, describen los expertos de Morgan Stanley en una nota.
“Siguiendo ese telón de fondo, una caída más prolongada que la actual estaría reflejando una nueva crisis económica en el país, que podría extenderse al resto de mercados desarrollados”, expone Rodríguez.
¿A quién afecta esta caída?
¿Y quiénes son las compañías más perjudicadas de estos descensos que han llevado al Nasdaq al mercado bajista y al resto de índices de referencia de la bolsa neoyorkina a una nueva corrección? Un último informe de Goldman Sachs volvía a poner el foco en las empresas tecnológicas como las que podrían estar más castigadas, todavía, por esta situación.
“Las compañías tecnológicas y con exposición al ciclo económico son las que estarían más penalizadas en un entorno de disminución del crecimiento económico y de subidas de tipos de interés; mientras que el sector de la banca, de las materias primas y de la energía, pueden actuar como elementos protectores de la cartera”, analiza la entidad norteamericana.
Otro sector que está pasando por un momento difícil es el industrial. Todo lo que implique fabricar bienes físicos y enviarlos por todo el mundo se enfrenta a una situación muy compleja en estos momentos. Hay mucha presión de costes en las cadenas de suministro.
¿Hasta dónde puede llegar el descenso?
¿Y se puede pronunciar mucho más la caída en los mercados? Pues parece ser que sí. Al menos en el largo plazo. José Luis Cárpatos, director de inversiones de Gloversia EAF, indicaba en Bull&Bear que el índice de referencia de Wall Street, el S&P 500, se encuentra en una zona muy peligrosa: “Los 3.800 puntos en el selectivo son claves y de perder esa zona estaríamos hablando de una corrección como la del 2008”.
Otros expertos van en esa misma sintonía. “Si al rebote que cabe esperarse en el corto y medio plazo le da continuidad un movimiento bajista mayor en los índices, estaríamos hablando de que el suelo puede volverse a encontrar en los mínimos de marzo del 2020, cuando estuvimos en lo peor de la pandemia”, asevera Rodríguez. Eso sí, los analistas señalan que hay que esperar para ver cómo se desarrollan los acontecimientos y de qué forma evolucionan las cifras macroeconómicas.
¿Qué puede pasar a partir de ahora?
La siguiente cuestión que habría que plantearse es qué puede suceder en el terreno bursátil a partir de ahora. Los expertos ven el momento actual como un entramado complejo. “Entiendo que el S&P 500 y el Nasdaq van a tener bastantes problemas para mantener los niveles actuales, debido a que los cisnes negros que hemos tenido durante todo este tiempo tienen visos de mantenerse en el medio plazo”, asegura Rafael Ojeda, analista macro de Fortage Funds.
Frank Thormann, gestor de renta variable multirregional de Schroders, explica que como inversores en renta variable, una de sus principales fuentes de información son las cuentas de resultados trimestrales de las empresas. “En ellas, las compañías cotizadas ofrecen explicaciones detalladas sobre lo que están experimentando día a día; lo que está cambiando y lo que no”, destaca. Por eso, es uno de los factores en los que hay que fijarse.
La temporada de presentación de resultados del primer trimestre concluyó recientemente. Como se ha podido comprobar, para la gran mayoría de las compañías, el clima empresarial sigue siendo bastante positivo, mostrando un fuerte crecimiento de los ingresos y los beneficios. El incremento no ha sido en absoluto tan fuerte como en 2021, pero para las empresas que cotizan en el S&P 500 de Estados Unidos, los ingresos y los beneficios han crecido en un porcentaje bajo.
“De cara al resto del año, las estimaciones de beneficios no se están revisando al alza, pero tampoco están cayendo drásticamente (…) Yo diría que es un logro bastante importante”, comenta. “Es posible que muchas de estas provisiones duren relativamente poco”, dice el experto de la gestora británica.
La gran pregunta será si la Fed puede diseñar un aterrizaje económico suave, o si la economía terminará en recesión. “Evidentemente, si acabamos en recesión, los bancos podrían enfrentarse a un aumento de la morosidad”, concluye Thormann.