Opinion

Get Back! El máster en Innovación que nos regalan los Beatles 50 años después

¿Por qué tanto esfuerzo para cambiar termina dando tan pobres resultados en tantos casos? He encontrado respuestas en un entorno poco propicio para pensar: viendo la tele.

¿Cómo puedo estimular las ideas nuevas en mi organización? Esa pregunta ha generado una industria global de consultores, coaches, métodos, cursos, libros y agencias especializadas.

Pero pasan los años, pasan los CEO, cambia el consejo, y la innovación sigue sin llegar en muchas instituciones que lo intentan. Fueron grandes en su día, y aunque siguen invirtiendo en formación, contratando a consultores —de cuanto más lejos y más caros, mejor— y haciendo grandes planes de cambio, los de fuera siguen viendo una organización pesada y estática en la que la innovación es más un hashtag publicitario que una realidad tangible.

¿Por qué tanto esfuerzo para cambiar termina dando tan pobres resultados en tantos casos? He encontrado respuestas en un entorno poco propicio para pensar: viendo la tele.

Después de ver dos veces la serie documental Get Back! en la plataforma Disney+ y de tomar muchas notas, he entendido una cosa: en el fondo, aunque tengamos todo el día la palabra innovación en la boca, no entendemos lo que de verdad es y lo que de verdad supone innovar; hemos mitificado tanto el poder de las ideas que lo atribuimos a la genialidad, a momentos ‘Eureka’ que nunca llegan, a unos ideales de perfección que sólo existen en el mundo de Marvel. 

La serie ha recuperado 150 horas de filmación y 50 horas de audios que acumulaban polvo en una caja fuerte en Londres desde 1970; la Inteligencia Artificial las ha puesto al día, y nos muestra a cuatro músicos de Liverpool trabajando juntos durante un mes. Llegan a las 11 de la mañana, enchufan sus instrumentos, prueban ideas, escogen algunas, y se van a casa a las 2 de la mañana del día siguiente. Y así un día, y otro día. Y otro.

El rodaje se hizo en enero de 1969. Haciendo uso de la fórmula Fly on the Wall -el germen de los realities de hoy- ocho cámaras grababan todo lo que hacían Paul McCartney, John Lennon, George Harrison y Ringo Star. La presencia de las cámaras llegó a ser tan inoportuna que cuando querían decirse algo en confidencia, tocaban con fuerza sus instrumentos para que no quedara registrado lo que decían. Pero los avances de la IA son muy canallas y han permitido al director Peter Jackson -el de la trilogía del Señor de los Anillos- aislar sus voces y recoger el contenido íntegro de sus conversaciones. 

El resultado de la mano experta de Peter Jackson es una serie documental de tres capítulos y casi 8 horas de duración. No hay una sola voz en off que nos saque de lo que estamos observando: la serie nos convierte a todos en voyeurs del proceso creativo de los Beatles y de la relación personal de cuatro chicos que cincuenta años después siguen siendo relevantes.

Ojo, no es un producto para el consumo fácil. Seguramente los hardcore fans del grupo disfrutarán cada segundo, pero quienes no lo sean lo van a encontrar soporífero. Y esa es, precisamente, la primera enseñanza de este Máster en Innovación, de este reality sobre la creación en estado puro. 

Innovar de verdad es muy tedioso. Hay momentos de flipe colectivo, donde saltan las chispas por el hallazgo de algo nuevo, pero son muy pocos. El resto es horario, paciencia, calentar los músculos del ingenio, y confianza: en las capacidades de cada uno, y en el criterio de los demás para ir haciendo que las ideas maduren.

¿Qué otras lecciones nos ofrece Get Back!? Recomiendo ver la serie para apreciar con detalle el tesoro que nos han regalado los Beatles con estas grabaciones sobre su trabajo creativo. Es más, creo que su visionado debería ser materia troncal en las universidades. Vamos a necesitar grandes dosis de creatividad en los próximos decenios, y esta serie nos aporta lecciones que, como las canciones de los Beatles, sobrevivirán el paso de los años. 

Estas son las diez cosas que yo aprendí viendo trabajar a Paul, John, George y Ringo

1. Las buenas ideas nacen de estímulos prosaicos

En el caso de The Beatles, una canción puede nacer de un documental muy aburrido de la BBC sobre la aristocracia austríaca (I Me Mine), o de los titulares del periódico del día.

Tenemos mitificado el momento creativo como instancias mágicas, sobrenaturales. La realidad es que todo lo grande empieza pequeño, torpe, aburrido, irrelevante.

(De izq. a drch.) John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr (The Beatles)

2. Provocar los cambios con un salto al vacío

En esta serie vas a ver una banda en un momento personal y creativo turbulento. El mánager que les aportaba disciplina ha fallecido un año antes; están cansados de la dirección creativa de George Martin, y quieren hacer un disco sin su ayuda. Y, por encima de todo, la conexión que existía entre Paul y John, las dos turbinas creativas del grupo, se está empezando a resquebrajar tras la llegada de Yoko Ono.

¿Qué hacen ante la presencia de tantas sombras? Deciden salir de la zona de confort e intentar un salto al vacío: se proponen grabar en directo un LP con canciones nuevas que han sido compuestas de principio a fin a la vista de un equipo de cine. Sin red.

Es el mismo planteamiento de los hackathones que tanto abundan en nuestros días. Nacen con un reto complicado, un plazo para entregar la solución, y una sola cosa de la que preocuparse: resolver el problema.   

3. El aburrimiento como telón de fondo

(Alerta spóiler) Una de las grandes sorpresas de la serie es el momento en el que el espectador ve nacer un clásico en tiempo real. John Lennon avisa de que llega tarde al estudio. Paul McCarney coge su bajo y empieza a probar cómo suenan unos acordes de guitarra en el instrumento de cuatro cuerdas. George Harrison y Ringo Star le observan con cara de no haber tomado el primer café. En cuestión de minutos, observamos cómo ha ido creciendo la idea a partir de un juego para vencer el tedio. Me recordó a esos vídeos a cámara rápida que muestran el desarrollo de una planta. Es maravilloso.

En las organizaciones de hoy, con más calls que horas tiene la jornada, donde todo está orientado a la optimización del tiempo, un momento “Jojo was a man who thought he was a loner…” no puede darse. Luis Infante, que fue director de MARCA en la época dorada del periódico, lo expresaba de forma castiza: las buenas ideas nacen en la barra de un bar.

4. Primero, el esqueleto de la idea

En mi experiencia, el mecanismo que desactiva la creatividad con más eficacia en el mundo corporativo es el perfeccionismo. Adopta diversas formas. La más común consiste en querer ver La Gioconda en lo que alguien acaba de dibujar en una servilleta. Es muy fácil matar una idea en fase germinal. En todas las empresas, cada día cientos de buenas ideas mueren porque alguien dice algo parecido a lo siguiente: No está mal, pero si me lo permites voy a hacer de abogado del diablo…

En Get Back! nunca vemos a un miembro de los Beatles hacer crítica alguna a las ideas de los demás. ¿Discuten? Sí, mucho, ya lo creo. Pero más sobre los detalles concretos que sobre la idea en sí. En un momento de la serie, Paul McCartney nos cuenta su método: “Primero, pensemos en el esqueleto de la idea y forjemos la estructura. Ya trabajaremos los detalles más adelante”.

En ese equipo se trabaja en dos modos: cuando se está construyendo algo nuevo, no se admite la crítica; se buscan caminos para completar la propuesta. Y cuando la idea ya tiene cuerpo, se mejora con espíritu crítico, siempre constructivo.

5. El roce hace el 50 por ciento

Los Beatles pasan el día juntos cuando están produciendo. Existe entre ellos un pacto tácito según el cual la cantidad de ideas es directamente proporcional al tiempo de convivencia, de roce. En un momento dado, McCartney lo explicita: cuenta cómo en los primeros años de la banda eran capaces de sacar dos discos de doce canciones y 4 sencillos… ¡cada año! (esa productividad es inimaginable en los artistas contemporáneos). ¿El secreto? Estaban todo el día componiendo. Componían en los viajes de avión. Componían en los hoteles. Estaban todo el día juntos. 

Llama la atención que pese al reto que se han impuesto -hacer un LP completo en dos semanas- no se percibe sensación alguna de estrés. Comienzan el día calentando sus instrumentos con algunas canciones de su repertorio original, o tocan un tema que acaban de ver el día anterior por televisión. Pasan mucho tiempo jugando. Y ese ambiente genera una red de seguridad y de confianza que facilita las horas dedicadas a desarrollar o perfeccionar canciones. ¿Una lección? Los equipos generativos pasan mucho tiempo juntos, y se divierten mucho.

6. Clima de confianza y respeto

En la cultura Beatle hay, por tanto, permiso para el juego, para las risas y para el aburrimiento. En esas condiciones se abre un espacio amplio a la experimentación. Cuando John Lennon y Paul McCartney están buscando ideas para los versos de Get Back! recurren a los periódicos. Y de un titular sobre la Commonwealth surge una nueva idea para una canción que posteriormente será descartada. 

La confianza, indispensable para cualquier equipo, adquiere en el caso de The Beatles, una triple dimensión. Por una parte, hay confianza para expresar lo que a cada uno le viene a la cabeza, sin miedo a la crítica. Hay un ambiente familiar sano, de grandes amigos que no tienen que demostrarse nada. En segundo lugar, cada uno confía en las aportaciones que harán los demás, en su criterio para mejorar la idea. Por último, se deja la última decisión a quien trajo la idea. Su forma de trabajar asume, por tanto, un equilibrio muy singular entre el ingenio personal, la colaboración y el respeto al propietario de la idea.

7. Cada idea es un ser vivo

En este Master en Innovación se nos enseña que, como los seres vivos, cada idea tiene un tiempo de maduración propio y distinto. Algunas canciones del álbum, como Get Back! o Let It Be, se concluyen en tiempo récord. Pero también escuchamos durante estas sesiones temas que tardarían años en ver la luz. Por ejemplo, sobre Something nos dice George Harrison que lleva 6 meses con ella y no termina de resolverla (aparecerá en el siguiente álbum y será reconocida como una de las mejores canciones de amor de la historia). 

Uno de los motivos por los que las grandes organizaciones sufren taras en su capacidad de innovación puede radicar en la dificultad para calibrar este ciclo vital de las ideas. Hay ideas que pueden germinar con urgencia, otras necesitan años. En mi trabajo asesorando a CEOs he visto cómo buenas ideas fracasan por una ejecución prematura (no había llegado su momento). También he visto pasar por la mesa del consejo ideas brillantes que, de haberse aplicado en aquel momento, habrían cambiado el signo de la historia de esa empresa. Pero en lugar de actuar, se decidió mantener el statu quo.

8. Cómo crecen las ideas

Creo que lo que hace lento y pesado el visionado de la serie Get Back! para muchos es la repetición de las canciones. Escuchamos decenas de tomas casi idénticas de Two of Us. Escuchamos varias versiones grabadas en distintos días para la segunda estrofa de The Long and Winding Road. 

Para mí, este aspecto tedioso del relato constituye el insight más poderoso de la serie. Las ideas crecen, toman cuerpo y adquieren todo su potencial gracias una iteración constante en un entorno de pruebas. Sólo probando una y otra vez, hasta la exasperación, se termina haciendo algo maduro. “Vas probando con distintas frases hasta que una encaja”, le dice John Lennon a George Harrison para explicarle cómo se hace una buena letra.

9. Aprender a copiar a los buenos

Se insiste, con razón, en la originalidad de las composiciones de los Beatles. A este respecto, una pregunta frecuente al revisar su catálogo es ¿cómo fueron capaces de hacer tanto en tan poco tiempo? El documental nos aporta un secreto: se fijaban en lo que hacían otros músicos del momento, percibiendo detalles nuevos en su estilo que traían al estudio para incorporarlos en su producción, y eran capaces de dar un giro a esa novedad que hacía que pareciera propia. Sabían copiar bien.

Otro recurso que usan con frecuencia es lo que en creatividad se llama channeling: consiste en hacer una composición desde la personalidad de otro creador. The Long and Winding Road es una canción de Paul McCartney pensada para Ray Charles, por ejemplo.

Puede ser un recurso para el desbloqueo en el proceso de innovación. Si Apple desarrollara este servicio, ¿cómo lo haría? ¿Y si lo desarrollara Google?

10. El poder de las limitaciones

Una vez aproveché un viaje de trabajo a Londres para visitar el edificio de Saville Road en el que se instalaron los Beatles en 1968 para llevar a cabo su sueño de hacer un imperio creativo. Su idea era un anticipo de lo que hemos experimentado cincuenta años después: que cualquier persona con una idea pudiera exponerla y desarrollarla sin las limitaciones de las estructuras empresariales. Fue un completo fracaso (una buena idea ejecutada antes de tiempo).

En la azotea de ese edificio termina la serie Get Back! ofreciéndonos la grabación completa del famoso concierto con el que interrumpieron la normalidad de un día en el centro de Londres.

Todos recordamos el famoso Rooftop Concert como una genialidad. Lo que no sabíamos es que ese momento tan memorable fue el resultado de la exploración de opciones más caras, más complicadas, más sofisticadas, que no pudieron llevarse a cabo.

Esto sucede con frecuencia: las limitaciones estimulan la innovación. Por eso, a los perfiles realmente innovadores no les limita la falta de recursos. Aunque cueste aceptarla.

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