En el momento en el que se escribía esta columna, a mediados de marzo, el ejército Ruso seguía avanzando hacia la capital de Ucrania. Lo hacía de una forma más lenta de la que se había imaginado en un principio, pero las tropas se situaban ya a apenas 20 kilómetros de Kiev, desde donde se avistan ya las explosiones.
En estas circunstancias, averiguar el devenir de esta situación es una tarea complicada, casi imposible. Pero conviene hacerse una idea de cuáles pueden ser los distintos escenarios el día después de que acabe el conflicto, sea como sea.
Aunque es difícil tener certezas en un escenario marcado por lo inesperado, lo que sí sabemos ya sin ningún tipo de dudas es que la invasión rusa de Ucrania es, ante todo, una tragedia humana. De este mismo modo nos corresponde evaluar las consecuencias que va a tener sobre esta situación sobre la economía y los mercados para desde ahí intentar dar los próximos pasos.
En este entorno tan cambiante, hemos actualizado nuestra visión general de los posibles resultados en forma tabla (véase en la otra página).
Antes de continuar, conviene reiterar que ninguno de estos escenarios que hemos expuesto cuenta con altas probabilidades de materialización. Y, de hecho, todas estas hipotéticas situaciones se utilizan mejor para establecer un camino por el que guiarse a la hora de navegar por la crisis a la que nos enfrentamos.
De esta forma, a continuación exponemos un breve resumen de los principales escenarios que podríamos tener por delante:
Escenario 1: Putin es destituido
Probablemente el escenario más positivo (para el mundo) a largo plazo, aunque no tiene por qué ser real necesariamente en el corto plazo, sería uno en el que el presidente ruso Vladimir Putin se enfrentase a su destitución.
Aunque las posibilidades de que esto ocurra son probablemente más altas que nunca, todavía lo vemos como una posibilidad algo improbable. Parece que el presidente ruso Vladimir Putin ya ha prescindido de muchas de las figuras con un perfil más moderado dentro de su círculo más íntimo.
Además, durante la última década, los militares rusos han conseguido integrarse aún más en la toma de decisiones estratégicas del Kremlin.
Escenario 2: se alcanza algún tipo de acuerdo
Si, tal y como se ha informado, la resistencia de Ucrania sigue siendo más fuerte de lo que se esperaba en un principio, también existe la posibilidad de que Putin decida aflojar la presión que está ejerciendo sobre el país vecino, allanando así el camino para alcazar un acuerdo de neutralidad o una partición de facto, que se llegue a discutir por Occidente y Ucrania (pero que se acepte a regañadientes).
La división del país es la más probable de las dos opciones, pero ambos escenarios presentan desafíos. Lo cierto es que Rusia tiene margen para aumentar la presión militar y la historia sugiere que Putin estaría dispuesto a desplegarla si considerase que esto es necesario.
Del mismo modo, aunque también es posible que se alcance otro acuerdo al estilo de Minsk, es posible que el presidente Putin no confíe en que Ucrania aplique los términos de forma satisfactoria, ya que daría a Rusia derechos de veto sobre la política exterior ucraniana a través del control político en las regiones prorrusas del este.
Escenario 3: establecimiento de un gobierno títere
Precisamente este escenario representa aquel en el que Rusia consigue derrocar al gobierno del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky. Esto permitiría al Kremlin instalar un gobierno títere en Kiev, similar al acuerdo alcanzado por Rusia con la vecina Bielorrusia.
Este resultado requeriría probablemente que se nombrara personal clave en las filas del ejército ucraniano para establecer la ley y el orden en nombre de ese nuevo régimen prorruso. Para llegar a esto, puede ser que sea una ocupación que dure muchos meses, aunque creemos que una ocupación indefinida sería difícil de mantener debido a los que supondría esta operación. De hecho, Putin también se ha mostrado reacio a hacerlo en el pasado.
Esta opción también presenta, por supuesto, desafíos. Por ejemplo, no está garantizado que Putin sea capaz de establecer la ley y el orden con una ocupación limitada en el tiempo en un entorno hostil, y puede ser reacio a mantener las tropas rusas en Ucrania de manera indefinida.
Escenario 4: el conflicto iniciado en Ucrania se extiende a la OTAN
Por último, cabe destacar que el escenario más negativo que contempla nuestro análisis es que Putin ataque a los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Seguimos pensando que esta posibilidad supone un riesgo muy bajo, ya que desencadenaría una gran guerra con Estados Unidos que Rusia no puede ganar. Es de suponer que el círculo íntimo de Putin y sus aliados internacionales, como China, verían esto como una extralimitación inaceptable.
No obstante, dado que Putin se ha vuelto cada vez más tolerante al riesgo, emocional, ideológico y radical, seguimos pensando que es un riesgo que no podemos descartar.