Nada como una escapada a la nieve para cargar las pilas como es debido.
El plan se antojaba redondo. En la ecuación tenían la nieve, el sol, disfrutar de un spa y de la alta gastronomía en un hotel con todas las comodidades. Para poner la guinda, un curso de conducción sobre nieve.
Hago la maleta y me preparo para disfrutar. Y es que seamos sinceros, estos meses de virus y trabajo a raudales, no nos dejaron mucho espacio para relajarse como merecíamos. Es momento de dejarse llevar y sacarle todo el jugo a la experiencia.
La marca Land Rover ha elegido el Pirineo y la estación de esquí de Grandvalira en Andorra para su curso de conducción sobre nieve y hielo. Los monitores de la Escuela de Conducción de Jaguar conocen los vehículos de la marca al dedillo.
Su objetivo es formar a los conductores en el arte de manejarse en situaciones comprometidas, y para ello, nada mejor que la tecnología predictiva. ¿Cómo funciona esto? El coche va por delante anticipándose, corrigiendo y amortiguando inercias poco aconsejables. Las claves: anticiparse a la hora de maniobrar y la suavidad en tus movimientos.
Terrain Response, rendimiento multisuperficie
En un marco incomparable, con un sol prístino y la nieve como telón de fondo, el diseño del Range Rover Evoque, el Range Rover Velar y el grandioso Range Rover Sport SVR brillan más que nunca.
Los monitores señalan que «a menudo la gente se compra un coche tan completo como este y realmente no sabe la gran cantidad de posibilidades que le ofrece».
Y en eso consistió la experiencia, en jugar con los diferentes modos de conducción y así poder apreciar las diferencias de la gestión electrónica de la tracción integral de estos modelos.
El sistema Terrain Response nos ofrece cinco modos, seis en el caso del Sport SVR. En el curso sobre nieve sólo se utilizan tres: Nieve/Gravilla, Confort y Arena.
El modo de Nieve, el más indicado para este tipo de terrenos es el sistema de control de estabilidad (ESP) controla mucho el coche y corrige la tendencia de todo conductor novel a sobrevirar.
El modo Confort, nos ofrece mayor autonomía y nos permite tener un poco más de libertad y entender mejor las consecuencias de una conducción demasiado agresiva.
Y por último el modo Arena, en el que el ESP entra más tarde y hace que la adrenalina y la diversión se disparen a partes iguales.
Las pruebas a las que debimos enfrentarnos estaban perfectamente pensadas para entender los diferentes modelos de conducción. En primer lugar, un eslalon de conos que pone a prueba nuestra forma de acometer los giros sin que se nos vaya el coche. En segundo lugar, una pronunciada pendiente que nos obliga pisar a fondo para coronar el desnivel. Más tarde, una pendiente no apta para gente propensa al vértigo y que nos obliga a confiar en la tecnología del auto. Por último, un circuito en el que la sutileza y la anticipación nos permiten sortear los conos como es debido.
Después de tanta adrenalina, la gente que se anime a contratar el pack de curso de conducción con estancia en el Sport Hotel Hermitage podrá disfrutar del spa y sentir que ese fin de semana no debería acabar nunca.
