Era sábado por la mañana en el Puerto de la Bahía de Cádiz, entre buques de cruceros haciendo escala y elevadas grúas que colocaban el velamen de unas curiosas embarcaciones. El campeón Sir Ben Ainslie, nombrado Regatista Mundial del Año cuatro veces por la Federación Internacional de Vela, ganador de la Copa América y con medallas en cinco ediciones consecutivas de los Juegos Olímpicos desde los 19 años, iba y venía de un lado a otro atendiendo a la prensa, saludando a las visitas (el rey Felipe VI entre ellas) y ayudando a poner a punto el catamarán F50 del equipo británico que lidera. Es una de esas embarcaciones curiosas de 15 metros de eslora o longitud, 8,8 metros de ancho y 2.500 kilos de peso con la que, horas más tarde, ocho equipos con cinco regatistas cada uno disputaban el Rolex Gran Premio de España de SailGP.
Cádiz ha sido una de las paradas de esta nueva competición que se hizo a la mar en 2019 (ésta es su segunda temporada) bajo el auspicio del magnate Larry Ellison, cofundador del gigante del software Oracle, y gracias al patrocinio de su empresa y de la relojera suiza Rolex, todo un lobo de mar ligado a la náutica desde 1958, cuando estableció una alianza con el New York Yacht Club, una de las instituciones fundadoras de la Copa América, y sostén de las competiciones, regatas, clubes y navegantes con más prestigio internacional.
SailGP se gestó en 2017, cuando Ellison, propietario del defensor estadounidense de la Copa América de vela de ese año, compró los catamaranes hidroala (con aletas) de clase AC50 que habían participado en la Copa aquel año, pues no se iban a reutilizar en la siguiente edición. Y con ellos prestó su apoyo al proyecto que rondaba la cabeza del regatista neozelandés Russell Coutts, cinco veces ganador de la Copa América y medallista de oro olímpico: la creación de un circuito de regatas.
¿Por qué catamaranes, esas naves con dos cascos unidos? “Necesitábamos una solución que fuera transportable por todo el mundo. Estos catamaranes están hechos para meterse en contenedores. Además, queríamos una embarcación que fuera bien con vientos suaves y también más fuertes”, dice Russell Coutts, hoy consejero delegado de SailGP. Y, como todos los barcos son iguales e implementan la misma tecnología, prima la destreza y la exigencia física de los regatistas.
Como un bólido de carreras
SailGP es a la vela lo que la Fórmula 1 al automovilismo. Comparten grandes dosis de innovación tecnológica, implementan materiales cada vez más resistentes (como el titanio y la fibra de carbono, empleados también en la alta relojería), y compaginan la pericia deportiva con la alta velocidad. Ambas desbordan adrenalina. Como los bólidos de las carreras, los F50 vuelan (a unos 50 nudos, casi 100 km/h), gracias a sus velas mayores rígidas de 18 a 29 metros de alto (dependiendo del viento) y al sistema de hidroalas que levanta los cascos a dos metros por encima del agua para reducir la resistencia.
“El mundo de la vela pedía a gritos la creación de un concepto así”, dice Ben Ainslie, al frente del timón del equipo británico, sobre SailGP. “Es un hito importante en la evolución de la vela, pero también representa la continuidad. La combinación de tecnología punta y habilidad deportiva está logrando ampliar el atractivo de la vela”. Para el veinteañero barcelonés Jordi Xammar, que tras ganar la medalla de bronce en Tokio 2020 en la categoría de 470 junto a Nicolás Rodríguez, se prepara para ejercer de timonel del equipo español de SailGP, puesto que actualmente le corresponde al neozelandés Phil Robertson, “lo más impresionante, además de la velocidad, es cuando vas contra el viento. Te sientes como si condujeras un coche muy rápido y sin lunas”.
“Gente muy experimentada en otro tipo de barcos tiene que aprender aquí a operar los F50. Es como cursar un Grado en Física. Yo, al empezar a navegar en ellos, tenía que mirar después en casa cosas en Google”, dice Nina Curtis, del equipo australiano.
A la búsqueda de patrocinadores
La liga SailGP arrancó en Bermuda el pasado abril y finalizará en San Francisco (EEUU) en marzo de 2022 tras ocho pruebas disputadas por equipos que representan a países, a diferencia de la F1. Son ocho: Australia, Dinamarca, España, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Japón y Nueva Zelanda. El año que viene se sumará, al menos, Suiza. La supervivencia de cada equipo en la competición depende de que encuentren patrocinadores. Larry Ellison se comprometió a pagar la fiesta durante los primeros cinco años con 7,5 millones de dólares anuales para cada equipo. Este año se ha gastado, pues, 60 millones. Pero el objetivo es que haya una decena de franquicias independientes, cada una con un precio de 20 millones de dólares. Actualmente, hay cuatro países financieramente autosuficientes: EEUU, Gran Bretaña, Suiza y Dinamarca.
El primer competidor de la liga en hacerse con la franquicia ha sido Gran Bretaña, un equipo del que Ben Ainslie, el Michael Schumacher de la vela, ha asumido la propiedad mayoritaria junto con Chris Bake, otro timonel de trayectoria exitosa. Oracle Racing, de Larry Ellison, conserva una participación minoritaria. “Es la mejor oportunidad que tenemos de llegar a una audiencia mucho más amplia”, dice el campeón, al que le atrajeron las mayores oportunidades comerciales de SailGP y el desafío deportivo mejorado por los innovadores programas de sostenibilidad de esta competición. “Cuando Russell [Coutts] me invitó a liderar el equipo de Gran Bretaña quedé impresionado por su visión de un deporte global y un circuito de carreras sostenible que realmente podría elevar el perfil de la navegación y proporcionar continuidad. Estoy encantado de haber ejercido la opción junto con Chris”.
Ainslie compite con los demás países con un modelo de reloj Yacht–Master negro de Rolex, como testimonial de la firma que es desde 2019. Ésta ha estado involucrada desde el principio en el apoyo a SailGP, una competición que le va como anillo al dedo por los elementos de innovación y alto nivel que conlleva. “Lo que Rolex representa en todo el mundo es el máximo nivel de profesionalidad. Cada asociación que Rolex tiene es increíblemente poderosa. El otro día estuve con uno de los principales participantes de la F1 y me dijo que pintaría Rolex en su coche si pudiera hacerlo. El hecho de que sea uno de los socios titulares de SailGP nos hace felices”, comenta Ainslie.
Lo mejor de lo mejor
En la lucha por el trofeo final (premiado con un millón de dólares) se encuentran los mejores regatistas del globo. Olímpicos, ganadores de la Copa América y de las mejores regatas. La clasificación la lidera actualmente Australia, por delante de EEUU y de Japón. España se encuentra en la sexta posición tras el revés sufrido en Cádiz, donde volcaron y tuvieron que retirarse en el segundo y último día del Gran Premio de España.
Si la organización de SailGP y las autoridades gaditanas toman nota de la gran cantidad de público que se congregó en torno al evento el pasado fin de semana (el Puerto era un hervidero), el Rolex Gran Premio de España volverá a la ciudad para repetir el espectáculo que supone ver a algunos de los mejores marineros del mundo moverse raudos y confiados sobre sus barcos como en una coreografía para llegar los primeros a la meta.