Sin apenas tiempo para disfrutar de los días, Lina Riera y Anna Hernández encontraron una vía de escape a las largas jornadas de estudio y proyectos en las noches de los viernes. Quedar a hacer guateque con sus amigas fue para ellas –y sin saberlo– el punto de partida de una marca de personalidad ibicenca que vio la luz este pasado mes de junio y que ya se ha convertido en la sensación de la isla bonita. ¿Su nombre? Como no podía ser de otra manera, Guateque –para no olvidar las raíces.
Formada en diseño e imagen de moda, con conocimientos de diseño y realización de vestuario para cine, teatro y televisión, Riera (Ibiza, 1997) se define soñadora y emocional. Una mente creativa apasionada de la variedad cultural que le ofrece su isla natal y amante de la gastronomía. Un cóctel de disciplinas que se traduce en una marca de complementos que aúna las pasiones de dos jóvenes empresarias, que siempre han encontrado la diversión alrededor de una mesa vestida con mucho color.
«Anna y yo estudiamos juntas en la universidad y siempre hablamos de un futuro proyecto juntas. Una marca divertida y con espíritu veraniego que nos representara a las dos y nuestra relación de amistad. Algo que reflejara nuestra personalidad, pasión por la gastronomía, las reuniones, el color y la diversión», señala Riera, quien añade que se decidieron por la creación de bolsos al ser el complemento de moda preferido por ambas socias y amigas.
Empezar creando bolsos para seguir creciendo empresarialmente es uno de los objetivos de estas dos emprendedoras. Aunque no es fácil embarcarse en un proyecto completamente nuevo para el que no te han enseñado y preparado, luchar por lo que se quiere y ser constante en el trabajo diario son los dos ingredientes principales de Guateque. «Emprender es complicado, pero encontrarse día a día con dificultades es la mejor forma de ganar experiencia y aprender de uno mismo», señala Riera. Un trabajo que se ve recompensado con el reconocimiento de los más allegados y, sobre todo, de los clientes. La mejor muestra de que todo trabajo creativo deja margen para disfrutar del proceso –un recorrido que realizan juntas desde el principio: ambas diseñan, producen y comunican cada bolso de la firma.
Lo más difícil, dice esta joven empresaria, es lograr un equilibrio entre un buen producto de calidad y la rentabilidad, para poder sacarlo a un precio justo y sostenible. La dualidad de negocio en la que tanto Hernández como Riera asientan la firma ibicenca.
Mantener intactos los valores de marca, que pretenden hacer de la industria de la moda un sector menos dañino para el medio ambiente y más generoso con los productores locales, es el foco más importante en el que las fundadoras de Guateque ponen la mirada. Riera, que se crió en el seno de una familia de campo humilde, ha crecido valorando la artesanía, el buen producto de proximidad y el buen hacer. Su innato contacto con la naturaleza ha hecho que la materia prima tenga para ella un valor incalculable y, por tanto, sea objeto de protección. Por lo tanto, «aunque nos encantaría que nuestro producto pudiera salir y ser reconocido en el mercado internacional, siempre apostaremos por la materia prima de proximidad trabajada en nuestro pequeño atelier«, sentencia esta emprendedora que, si llegara el momento de globalizar Guateque, no ve incompatible crecer con seguir teniendo el control de todas las fases de creación de una firma, «sólo hay que saber cuáles son los límites que se pueden abarcar para mantener siempre los pies en la tierra».
Bajo demanda para no tener un excedente inútil de producto, Guateque produce los que ya son los bolsos predilectos de la isla blanca. Dotados de una combinación atrevida de colores, estos bolsos están pensado para ser el compañero atemporal de los días y las noches de los momentos más especiales. «Guateque se diferencia de otras firmas por su originalidad, tanto en estampado como en diseño», anuncia Riera; también por la calidad y la influencia de dos ciudades y dos personas diferentes pero con el mismo espíritu divertido y creativo.
Ibiza y Barcelona son las dos casas de Guateque, y Anna y Lina las dos caras de una misma moneda que trabaja incansable por romper con la tendencia que parece tener España de apostar por un producto rápido y barato, algo que «consideramos un error, ya que a la larga te compensa más un producto de calidad, hecho artesanalmente o con mimo, que uno que sale de una cadena interminable de producción», comenta Riera, quien también asegura que «una producción no masificada, nacional y con consciencia es una inversión para el medioambiente y la economía del país y personal, y ayuda al consumo consciente y moderado; además de dar una oportunidad a muchos jóvenes emprendedores». Porque, realmente, lo único importante en el emprendimiento es recordar los orígenes para no venderse al primer postor. El resto, con trabajo, termina llegando.