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Tony Khan, el joven empresario que planta cara al imperio del wrestling

(De izq. a dcha) El luchador de wretling Chris Jericho, el empresario Tony Khan y el luchador Adam Page. Foto: @TonyKhan (Twitter)

En 1982, Vince McMahon, un empresario estadounidense, compró la participación de su padre en la World Wrestling Federation (WWF). En aquella época, la lucha libre era un negocio regional. Con los años, McMahon expandió la pasión por el wrestling por todo el país, con luchadores ilustres como Hulk Hogan. Más adelante, ya bajo la marca WWE, la lucha libre de EEUU se ha convertido en un fenómeno mundial. La industria, a día de hoy, sigue dominada por McMahon.

El mismo año en el que McMahon entraba en el negocio a través de su padre, nacía en Florida Tony Khan. Hijo de un inmigrante pakistaní que se labró una fortuna en EEUU, Khan preside hoy la All Elite Wrestling (AEW), una competición alternativa de lucha libre que planta cara a la todapoderosa WWE.

La dimensión de la WWE sigue siendo mucho mayor que la de la AEW. El año pasado, la compañía de McMahon ingresó 974 millones, frente a los 43,8 que recibió el negocio de Khan de la televisión

Khan lanzó AEW en 2019. No podría haberlo hecho sin la ayuda de su padre Shahid, propietario de los Jacksonville Jaguars, un equipo profesional de la NFL americana, y con una fortuna de 8.000 millones de dólares. Pese a que creía que no era una buena idea, Shahid invirtió 100 millones en el sueño de su hijo. Tony comenzó convenciendo a ex estrellas de la WWE como Chris Jericho y Cody Rhodes para impulsar su propio espectáculo. Consiguió construir un producto y un acuerdo con el canal de televisión TNT, propiedad del conglomerado WarnerMedia. Sus tres primeros meses fueron un éxito. Dynamite, el nombre que Khan eligió para su show de wrestling, se ha emitido semanalmente desde entonces en un episodio de dos horas. El programa ha ido ganando audiencia, con un millón de espectadores de media, más o menos la mitad de los que WWE logra con Raw, su programa de los lunes por la noche.

Las cifras de la WWE aún están muy por encima de las de la AEW. El negocio de McMahon, que cotiza en bolsa, ingresó 974 millones de dólares en 2020. AEW recibió 43,75 millones de TNT, una cantidad que supuso la mayor parte de sus ingresos del año pasado. Khan, en cambio, se ha aprovechado de los estragos que la pandemia ha causado en la WWE. Ha contratado a algunos de los luchadores que la compañía de McMahon ha despedido como parte de los recortes presupuestarios.

A Khan le gusta mantenerse apartado de las cámaras, salvo en algunas promociones para las redes sociales. McMahon, sin embargo, también es famoso por interpretar a un personaje dentro del ring. En todo caso, desde la AEW aseguran que no cuentan con un equipo de guionistas como la WWE. Según Forbes US, las cifras de pago por visualización y la venta de entradas de la AEW están creciendo. El joven empresario espera que su empresa sea rentable este año, aunque una inversión relacionada con el mundo de los videojuegos mantendrá a la AEW en números rojos.

En agosto, además, estrenarán Rampage, un nuevo espectáculo que se emitirá los viernes a las 22 horas, inmediatamente después de que termine Smackdown de WWE en Fox. Los dos programas de Khan, Dynamite y Rampage, se trasladarán en enero de 2022 a TBS, otro canal de WarnerMedia, aunque anualmente se retrasmitirán cuatro especiales en TNT.

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