Cada 5 de junio las Naciones Unidas conmemoran el Día Mundial del Medio Ambiente, el mayor evento anual para promover acciones medioambientales y defender y proteger nuestro planeta. El objetivo de este año está centrado en la necesidad de restaurar los ecosistemas dañados y preservar adecuadamente los que todavía se conservan. Además, marcará el inicio del Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas 2021-2030, una década que los científicos han calificado como crítica a la hora de evitar los peores impactos del cambio climático.
No es ninguna novedad que durante las últimas décadas e incluso siglos, la actividad humana ha destruido gran parte de la biodiversidad de nuestro planeta, que a su vez ha acelerado el cambio climático. En los últimos 40 años las poblaciones globales de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios han disminuido un 60% de media y en la actualidad cerca de un millón de especies de animales y plantas se encuentran en peligro de extinción. En el caso de España, el país con más biodiversidad de Europa, un 14% de sus más de 85.000 especies de animales, hongos y plantas están amenazadas según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
La pervivencia de los ecosistemas es fundamental porque sustenta todas las formas de vida, tanto animales como vegetales, y de su salud depende la de los humanos y la del resto de seres vivos. Esto se debe a que tanto los océanos como los bosques son determinantes a la hora de absorber las emisiones de dióxido de carbono y además, la creciente fragilidad de los ecosistemas también plantea riesgos para la estabilidad social y económica de muchos núcleos de población que viven de los recursos naturales.
Prevenir y revertir
Este Decenio de las Naciones Unidas pretende prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas tanto en la parte continental como en los océanos para evitar una extinción masiva de la biodiversidad y combatir así el cambio climático. De hecho, según las estimaciones de Naciones Unidas, si de aquí hasta 2030 consiguiéramos restaurar 350 millones de hectáreas de ecosistemas terrestres y acuáticos degradados, podríamos eliminar de la atmósfera de 13 a 26 gigatoneladas de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, para alcanzar este grado de restauración tan deseado como necesario, deberíamos impulsar incentivos e inversiones financieras que cambiaran la forma de explotar la tierra y el océano, pero sobre todo deberíamos promover la educación, la investigación e involucrar a empresas, gobiernos y a la ciudadanía en general para emprender acciones urgentes que promovieran un cambio de mentalidad. De esta transformación depende nuestra propia supervivencia en el planeta como especie y la supervivencia de muchos otros seres vivos de los que, en gran medida, somos responsables.
El agua, una gran aliada
Como dice el refrán, el agua es fuente de vida y el Grupo Agbar lleva desde 1867 en la vanguardia de la gestión del agua y comprometido con la preservación del medio ambiente. En línea con la hoja de ruta marcada por la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollos Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, Agbar ofrece soluciones innovadoras para las administraciones e industrias con las que trabaja a la hora de gestionar de forma sostenible el agua, el medio ambiente y la salud ambiental.
Con su labor, contribuye a la preservación de los recursos naturales con la intención de reducir el impacto de sus actividades en el planeta, no sólo en materia de gestión eficiente y responsable del agua, sino también mediante soluciones de reciclaje de residuos, generación de energía verde, mejora de la calidad del aire o preservación de la biodiversidad. La innovación y la digitalización son las claves para liderar esta transición hacia un modelo de producción más sostenible y resiliente, que proteja nuestro planeta, garantice sus recursos y mejore la salud y el bienestar de los seres vivos que lo habitamos.
En concreto, las acciones que han emprendido para proteger y recuperar los espacios naturales en España se centran en conservar y mejorar la biodiversidad en espacios sensibles con la implantación de modelos de economía circular de biofactoría, la eliminación del uso de fitosanitarios en todas sus instalaciones (actualmente el 81,5% de sus instalaciones están libres de pesticidas) y el control de especies exóticas invasoras en todas sus instalaciones para evitar la pérdida de la biodiversidad.
Asimismo, consideran fundamental sensibilizar a sus trabajadores y a la comunidad local sobre la flora y fauna que los rodea y para ello han creado el programa BiObserva Voluntariado, operativo en más de 95 instalaciones y en el que colaboran más de 270 trabajadores de la compañía como voluntarios.