Se trata, por orden, de Apple, Google, Microsoft, Facebook y Amazon, justo después de que los dos últimos desplazasen de los primeros puestos de la clasificación a Berkshire Hathaway y ExxonMobil.
Así, se ha dado lugar a una situación sin precedentes en el mercado bursátil estadounidense: nueve de las diez mayores empresas por capitalización están en manos del sector tecnológico y de telecomunicaciones. Esto se debe no solo al espectacular impulso de las compañías que están revolucionando el mundo, sino también a una serie de escándalos que han afectado a aquellas que tradicionalmente han dominado el mercado bursátil estadounidense. A la poderosa petrolera ExxonMobil la fiscalía de Nueva York acaba de abrirle una investigación por presuntas irregularidades contables. Por su parte, el conglomerado Berkshire Hathaway, capitaneado por Warren Buffett, se ha visto dañado por el control del 9,5% que mantiene sobre Wells Fargo, el que hasta ahora había sido el mayor banco de Estados Unidos por capitalización en Bolsa, y que ahora se enfrenta a una investigación por la presunta apertura de cuentas falsas durante varios años.
El detrimento de los gigantes tradicionales y la salida a la luz de sus trapos sucios coincide en el tiempo con el impulso de las tecnológicas, compañías jóvenes sin las que ya no concebimos nuestras vidas, capaces de captar talento y con una gran liquidez. Hace apenas un año que Facebook superó por valor en Bolsa a la cadena de supermercados estadounidense Wal Mart, desplazándole del top ten de las compañías más grandes. Desde entonces la red social fundada y presidida por Mark Zuckerberg ha subido un 35% en Bolsa y ya está valorada en más de 370.000 millones de dólares. El caso de Amazon resulta aún más sorprendente, ya que el año pasado ni siquiera figuraba entre las diez primeras. En un año se ha revalorizado un 44% logrando una capitalización de 367.000 millones de dólares