Duro mordisco a la compañía de la manzana desde Bruselas. La Comisión Europea ha acusado a la empresa liderada por Tim Cook de haberse beneficiado durante once años de un régimen fiscal favorable e ilícito, consistente en pagar un tipo efectivo del impuesto sobre sociedades del 1% sobre los beneficios generados en Europa en 2003. Este porcentaje fue reduciéndose en los años siguientes hasta alcanzar en 2014 un 0,005% que dista mucho del 12,5% del tipo sobre los beneficios que aplica Irlanda al resto de empresas. El Ejecutivo comunitario entiende, por tanto, que Apple gozó de un trato “selectivo” por parte del gobierno irlandés que le permitió pagar “sustancialmente menos impuestos” que otras empresas, algo que le costará a la compañía el desembolso de 13.000 millones de euros más intereses en concepto de tributos no pagados. Se trata de la sanción más alta jamás impuesta a una empresa en Europa.
Margrethe Vestager, comisaria europea de competencia, ha querido recordar que a los Estados miembros no les está permitido conceder beneficios fiscales a las empresas de su elección. “Han reducido artificialmente la factura fiscal de Apple, ante lo que nosotros queremos mandar un mensaje claro: los Estados no pueden otorgar ventajas fiscales a las empresas, independientemente de que sean grandes o pequeñas, extranjeras o europeas”.
Tanto Apple como Irlanda, cuyo sistema fiscal ha quedado seriamente en entredicho, han anunciado ya su intención de recurrir la decisión. Michael Noonan, ministro de Finanzas irlandés, ha declarado a través de un comunicado estar “en profundo desacuerdo con la Comisión”.
Desde la compañía con sede en Cupertino han sido contundentes, advirtiendo de que en caso de hacerse efectivo el pago de la sanción, “su efecto más profundo y perjudical se notará en las inversiones y creación de empleo en Europa”. Aseguran que las implicaciones de la decisión de la Comisión son “graves y de gran calado”, y “un golpe demoledor para la soberanía de los Estados miembros en lo referente a sus propios asuntos fiscales y al principio de la certidumbre del régimen jurídico en Europa”.
Su consejero delegado, Tim Cook, ha defendido a capa y espada la integridad de la compañía que lidera. “Apple cumple con la ley y paga todos los impuestos que debe, en Irlanda y en todos los países en los que opera. De hecho, nuestro crecimiento a lo largo de los años nos ha convertido en el mayor contribuyente fiscal de Irlanda, de Estados Unidos y del mundo”, ha querido subrayar en una carta abierta. “La Comisión Europea ha iniciado una campaña para reescribir la historia de Apple en Europa, ignorar las leyes fiscales de Irlanda y, de paso, cambiar radicalmente el sistema internacional en materia tributaria. Esta afirmación no tiene fundamento ni en los hechos ni en las leyes. Nunca pedimos y nunca recibimos un tratamiento especial”, ha asegurado Cook.