Twitter. Ni su popularidad, ni la revolución que supusieron sus 140 caracteres ni sus xxxxxx millones de usuarios han logrado que la compañía alcance la ansiada rentabilidad. La red social de microblogging más famosa del mundo cuenta en estos momentos con una capitalización bursátil de 11.710 millones de dólares, mientras el valor de sus acciones se ha visto reducido en un 58.1% desde su salida al parqué el 15 de noviembre de 2013. A esto se le suma la marcha de Dick Costolo, el consejero delegado con el cometido de gestionar la OPV de Twitter, el criticadísimo regreso de su co-fundador Jack Dorsey y la dimisión en bloque el pasado mes de cinco de sus más altos cargos. Además, 2015 fue el año de menor crecimiento en número de usuarios en la historia de la red social. Mientras Facebook, uno de sus competidores más directos, ha logrado diversificarse con la compra de compañías Whatsapp, Instagram u Occulus, Twitter parece no haber sido capaz de evolucionar más allá de su origen.
Yahoo ha caído en el último año la friolera de un 29,8%, y todos los dedos acusadores señalan irremediablemente a la que es su CEO desde julio de 2012, Marissa Mayer. Aunque su aterrizaje en la compañía tras varios años en Google, donde supervisó productos como Gmail, Google News o Google Search, se vivió en Yahoo! como un rayo de esperanza que plantaría cara a la inestabilidad y falta de rumbo, los resultados no han estado a la altura de las expectativas. Pese a que desde su fichaje las acciones se han revalorizado un 97%, la mejora no se atribuye a la CEO sino a las suculentas participaciones con las que la compañía cuenta en Alibaba y Yahoo! Japón. Ni los esfuerzos de la consejera delegada por reflotar la empresa ni la compra de Tumblr, por la que pusieron sobre la mesa la friolera de 1.100 millones de dólares parecen haber sido suficientes para capear el temporal, y en Sillicon Valley ya se rumorea su venta. Los nombres que más suenan como posibles compradores son Verizon, Time y Corncast.
Hubo un momento en que parecía que todo el mundo tenía una GoPro. Los nuevos modelos se agotaban nada más salir a la venta y todo apuntaba a una verdadera revolución de las cámaras compactas, pero en el último año toda esa euforia parece haberse desinflado y la compañía ha registrado una caída del 75%. Con una capitalización bursátil de tan sólo 1.500 millones de dólares, desde su salida a bolsa en julio de 2014 la empresa fabricante de cámaras compactas de alta definición ha visto cómo sus títulos han perdido hasta un 68,6% de su valor, mientras la fiebre de las GoPro parece haber pasado a mejor vida. Pese a que la compañía está haciendo esfuerzos por renovarse y diversificar su oferta de productos, y que su horizonte está cargado de inversiones, nuevos proyectos y lanzamientos interesantes, muchos analistas señalan a Apple como su más atractivo comprador. De hecho, los productos de GoPro ya se comercializan en las tiendas del gigante tecnológico.