Piensa en las franquicias más conocidas en la actualidad, ¿cuáles te vienen a la cabeza? Posiblemente McDonald’s, Burguer King o –de producto español y abriéndose paso cada día con más contundencia- 100 Montaditos o La Sureña.
Abrir una franquicia internacional como puede ser McDonald’s o KFC parece una aventura que oferta unos beneficios asegurados. Y aunque puede que la rentabilidad esté asegurada, ¿sabes cuánto cuesta hacerse vendedor de la M más famosa del mundo? El precio es algo elevado, 900.000 euros de capital inicial, si hablamos de las dos hamburgueserías anteriores, a lo que has de sumarle unas pruebas extras como una formación de 12 meses y contratos con cláusulas que limitan tus ganas de crecer como emprendedor. Además, el desembolso del mismo capital ha de ser de un fondo propio, nada que intervenga una tercera persona o que pueda depender de alguien que no sea el inversionista único. Y éste es el que debe de afrontar los requisitos, sin nadie más.
Sin embargo también existen alternativas nacionales con un costo más bajo como ofrecen Lizarrán o Restalia (encargada de 100 Montaditos o La Sureña) que exigen 150.000 euros y un local mínimo de 110 metros cuadrados. Según la media de sus ganancias, que son de un 17% cada doce meses, pasados dos o tres años se habría cubierto esta inversión inicial.
¿Cuál es el perfil de este empresario? Alguien que no tema a mudarse fuera de su ciudad, que tenga una experiencia que avale sus movimientos financieros y que, ante todo, tenga un colchón económico importante para hacer frente a lo que, desde que se instaló la crisis, es el modelo de negocio anhelado por cualquier emprendedor.
¿Te decides a unirte al club deluxe del fast-food?