Como es natural todo el mundo quiere vivir más y mejor, sobre todo si el nivel y la calidad de vida son una garantía, como demuestran numerosos estudios que señalan la correlación positiva que existe entre longevidad y riqueza. En Estados Unidos, según el Journal of the American Medical Association, el 1% de sus ciudadanas más ricas viven 10 años más que las más pobres, y en el caso de los varones, la diferencia puede llegar hasta casi 15 años.
Según una encuesta del banco suizo UBS entre personas muy adineradas, el 53% de ellas confiesa su deseo de llegar a los 100 años y para ello se preparan: gastan más en el cuidado de su salud, alimentándose mejor y haciendo deporte. Y claro, si se va a vivir 100 años con un patrimonio de al menos siete dígitos también hay que planificar la gestión porque una o dos décadas de vida más implica gastos adicionales, pero también oportunidades de inversión. Así, el 91% de los participantes en la encuesta han confesado que están “haciendo cambios en sus finanzas debido al incremento de la esperanza de vida”.