Según cálculos de la OCDE, sus socios –entre los que se encuentran los países más desarrollados del mundo – tienen previsto endeudarse en términos brutos en unos 10,5 billones de dólares (9,1 billones de euros) entre 2017 y 2018. No obstante esta significativa apelación a los mercados financieros, la OCDE destaca que la buena marcha de la economía mundial está permitiendo que los niveles de deuda vayan moderándose hasta el punto de que el endeudamiento neto para este año descienda hasta 1,4 billones de dólares (1,2 billones de euros), frente a un incremento en 2017.
El organismo multilateral destaca que la deuda en circulación de sus socios creció en el período 2012-2017 un 22%, la mitad que entre 2008 y 2012, los peores años de la crisis financiera, y prevé que este año alcance la cifra de 45 billones de dólares (39 billones de euros) desde los 43,6 billones (37,8 billones de euros) en 2017.
Por otro lado, la OCDE destaca también el descenso de la ratio deuda bruta/PIB en el conjunto de la Organización, si bien en ello también ha influido positivamente el crecimiento del denominador. En concreto, si en el período 2008-2009 se incrementó en seis puntos porcentuales por el deterioro de los ingresos tributarios, desde entonces ha descendido de forma significativa situándose por debajo del 18% en 2017, y para este año la ratio podría situarse para el conjunto de la OCDE en el 16,9% del PIB. Sin embargo, en el ‘G-7’, el grupo de países más ricos, la ratio ha empeorado, superando ligeramente la de 2016.