Según las últimas proyecciones de la Administración para la Información Energética de Estados Unidos (EIA), desde 2017 hasta 2050, el gas será sin duda la fuente de energía cuyo consumo aumentará más en términos absolutos hasta el punto de que se aproxime a disputarle el trono al petróleo y sus derivados.
Es un ascenso que podríamos calificar de histórico, favorecido por la electrificación de la economía y los objetivos de emisiones (que incentivan el uso del gas frente al petróleo). En proporción, la fuente de energía que más se estima que crecerá en los próximos años serán las renovables a excepción de la hidroeléctrica, que permanecerá estable.