Ocurrió en Colorado: un pastelero se negó a vender por motivos religiosos un pastel nupcial a una pareja gai y el Tribunal Supremo le ha dado la razón. La resolución judicial no ha tenido especial impacto en la puritana sociedad estadounidense, pero ha provocado algunas iniciativas privadas para alentar al pequeño comercio a no discriminar a los clientes por su orientación sexual.
Una encuesta realizada por Public Religion Research Institute (PRRI), una institución sin ánimo de lucro con sede en Washington que realiza estudios sociológicos, concluyó que “la mayoría de los grupos religiosos no creen que se deba permitir a los propietarios de pequeñas empresas que rechacen el servicio a gais y lesbianas por razones religiosas”.
De entre las numerosas comunidades religiosas de Estados Unidos, las dos que de forma mayoritaria se oponen a atender a clientes homosexuales son la de los protestantes evangélicos –blancos– y la de los mormones. Por el contrario, la más abierta es la del universalismo unitario, cuyos acólitos en una mayoría abrumadora habrían vendido el pastel nupcial a la pareja de Colorado.