La compra de 21st Century Fox por parte de Disney, es la prueba más clara de lo complicado que puede llegar a ser para algunas industrias adaptarse a los cambios de hábitos de consumo. Disney está pagando un alto precio por esta acción. Los accionistas de Fox contralarán el 25% de la compañía fusionada, y el valor total del negocio empresarial será de $66 miles de millones.
El interés es Fox se debe, nada más y nada menos, a que no existen tanto estudios con los medios para producir contenido de masas como lo hace Fox en la actualidad. Como estudio, Fox está atravesando una gran crisis, pero la fusión puede ser la clave para que resurja de sus cenizas. Disney puede volver a llegar al número uno en taquilla a nivel mundial con su última película, “El Último Jedi”, que por lo que parece, va a eclipsar a su predecesora “El despertar de La Fuerza”. En contraste a esto, Fox no ha producido ninguna película taquillera a nivel mundial en los últimos años.
Por tanto, parece que Disney está buscando cantidad por encima de calidad. Tras el cierre del acuerdo, Disney controlará franquicias como Avatar, X-Men, Deadpool y los Cuatros Fantásticos. Además, Disney se hace con el control de los estudios televisivos de Fox, creadores de los Simpson y de Modern Family.
Para Disney, este acuerdo no tiene nada que ver con las ganancias por acción. Actualmente, existen cinco estudios principales en todo el mundo, con Lionsgate y Paramount ocupando sólidamente las posiciones de los segundos estudios más importantes. Tras este trato, solo habrá cuatro proveedores de entretenimiento, y Warner Brothers Universal y Sony/Columbia tendrán que lidiar con un imperio del mal, que eventualmente controlará la red directa de consumidores.
El dominio de Netflix se encuentra en apuros, y es uno de los grandes perdedores debido al trato Disney-Fox. Las acciones de Disney son particularmente costosas. Con el trato con Fox, Disney podrá cambiar el enfoque sobre sus acciones. Pero lo importante, es que este trato demuestra que el contenido sigue siendo el rey en la industria del entretenimiento.