El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, considera necesario que las cuentas públicas españolas inicien una «senda clara de consolidación», pese a que la economía vaya mejor de lo esperado, hasta el punto de presenciarlo con «cierta perplejidad».
Gortázar calificó de «inusual» que España lidere el crecimiento de la zona euro, con una progresión que calificó de «potente» y por encima de la media europea, con el turismo tirando como «factor clave», especialmente en Canarias.
Con un crecimiento turístico del 6,9% en 2023 y que en 2024 seguirá «girando en positivo», mientras la inflación «se está reconduciendo mucho mejor de lo esperado».
«La sensación es de cierta perplejidad, de que las cosas no pueden ir tan bien como aparentan», confesó el consejero delegado de la entidad española, que, en todo caso, encuentra una serie de grandes factores que lo explican.
El primero que citó durante una charla organizada por la Asociación para el progreso de la dirección (APD) en Canarias es el «saneamiento» de familias y empresas en lo que se refiere al endeudamiento, reduciendo los indicadores casi a la mitad en comparación con 2008. Ello está ayudando «muchísimo», explicó, en mantener a raya la morosidad bancaria.
Segundo, un potente sector exterior, que lleva 12 años en superávit, algo que «jamás había pasado en la historia económica de España». Así, Gortázar dijo que España es «más competitiva» especialmente por las «muchas reformas» que se realizaron tras la última crisis, «sobre todo en el sector privado».
Otro elemento que resaltó fue el aumento del empleo, ayudado en la inmigración, así como la «fortaleza» del sector bancario que en este momento «está en situación de apoyar a la economía».
LOS GRANDES RETOS QUE TOCA ABORDAR
En todo caso, también dijo que hay grandes «retos», algunos relacionados, por ejemplo, también con el desempleo y unos indicadores de paro con «los que no nos podemos permitir convivir».
En lo que a las cuentas públicas se refiere, reconoció que el elevado déficit público deriva en parte de medidas de apoyo a la sociedad por la reciente crisis del coronavirus, pero consideró que hay que rebajar la parte estructural de estas cifras, porque «va a acabar impactando en el sector privado».
Para ello, precisó que la situación «no requiere de un giro de 180 grados», pero sí de una «senda clara de consolidación de las cuentas públicas».
Criticó también que España tiene «falta de flexibilidad» económica y la tasa estructural de paro refleja que «no se está ajustando bien todavía».
Abordó también que el país cuenta con una «demanda de vivienda insatisfecha» de la que responsabilizó a esa falta de flexibilidad del mercado español. Citó también que la productividad «no mejora» pese a crecer y defendió que hay que trabajar en el campo educativo para adaptarse mejor a los cambios tecnológicos.
CUALQUIERA NO PUEDE SER UN BANCO
Además, reflexionó sobre que los bancos están en un momento en el que son «sólidos» y están «bien regulados», pero defendió que cualquiera no puede hacer la labor de estos, prestando dinero con solvencia. «Esto lo hace el banco, no lo puede hacer un Estado y no lo puede hacer cualquiera que no tenga oficio», argumentó.
Sobre el futuro del sector, dijo que la «mayor parte» de la consolidación de plantillas y sucursales «está hecha» y ha generado un «sistema eficiente». La tendencia de reducción de oficinas, en cambio, continuará acompañando al mayor número de clientes digitales, pero será un «goteo gradual paulatino». «Y nuestro compromiso es ir adaptándonos a ellos de manera suave. Y tampoco vamos a dejar a nadie desbancarizado», concluyó.