El volumen de operaciones de fusiones y adquisiciones (M&A) en la industria de la energía y los recursos naturales se ha estancado tras tres años de crecimiento constante, según un informe publicado por Bain & Company.
En concreto, en 2020, el 19% del volumen total de transacciones superiores a 1.000 millones de dólares (unos 921 millones de euros) estaban relacionadas con la transición energética. Esta cifra aumentó al 21% en 2021 y al 27% en 2022, antes de estabilizarse en un 25% en los primeros nueve meses de 2023.
Álvaro Polo, socio asociado de Bain & Company, destacó que esta situación se atribuye a diversos factores; como que «las subvenciones del Gobierno de Estados Unidos no han logrado compensar el aumento de los tipos de interés y los costes elevados de la cadena de suministro», o que las tensiones geopolíticas «han desviado la atención hacia la seguridad energética». «Varios sectores energéticos se han visto afectados, sobre todo el de la energía marina», añadió.
Asimismo, el informe también destaca que las valoraciones de las compañías petroleras europeas son inferiores a las de sus homólogas estadounidenses, lo que ha llevado a las primeras a intentar reducir esta brecha.
Igualmente, las valoraciones de las energéticas centradas exclusivamente en energías limpias también han disminuido a nivel global, como se demostró con la caída del 27% del ‘iShares Global Clean Energy ETF’ hasta el 1 de diciembre de 2023.
Así, subraya que las empresas del sector están adoptando estrategias que combinan la consolidación de sus actividades principales en el sector de los hidrocarburos con inversiones en proyectos de transición energética.
Por ejemplo, ExxonMobil y Chevron invirtieron más de 110.000 millones de dólares (unos 101.357 millones de euros) en la adquisición de Pioneer y Hess, respectivamente, para reforzar su actividad principal en petróleo y gas, pero también están invirtiendo en proyectos de transición energética.