La Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (Aelec) ha advertido de que el grado de electrificación de la economía española se sitúa por debajo de los niveles de 2019, antes de la pandemia de la Covid-19.
La patronal, de la que forman parte las eléctricas Endesa, Iberdrola y EDP España, ha publicado su índice de electrificación, que se sitúo en torno al 22,4% en el primer semestre de 2023, lo que, en su opinión, «evidencia la necesidad de intensificar las políticas orientadas a la electrificación de la demanda final».
Aelec indicó que la metodología aplicada para este índice, que resuelve el cociente entre el consumo de energía eléctrica y el consumo de energía final, facilita conocer si se avanza en el buen camino hacia el cumplimiento de los objetivos de electrificación a 2030.
En concreto, durante los seis primeros meses de 2023 se registró una disminución de la demanda eléctrica por el aumento de la eficiencia energética y una recuperación del resto de consumos energéticos, que vuelven a los niveles de los años anteriores, añadió.
El índice de electrificación registró un aumento en el año 2020 hasta un 25,6% debido a las restricciones impuestas como consecuencia de la pandemia. Las medidas de confinamiento llevaron a un descenso del consumo de energía final de mayor proporción que el descenso del consumo de energía eléctrica. Sin embargo, tras la vuelta a la normalidad, Aelec subrayó que el índice ha vuelto a los niveles previos a la pandemia.
La presidenta de la asociación, Marina Serrano, destacó que lograr el objetivo de reducción de emisiones en 2030 y conseguir la neutralidad climática en 2050 «exige acelerar la electrificación de la demanda de energía final, principalmente en el transporte, en las viviendas y en los procesos industriales, para así reducir el consumo de combustibles fósiles».
TENDENCIA SIMILAR EN EUROPA.
En lo que se refiere a la tendencia europea del índice de electrificación, muestra un contexto similar en los principales países de la Unión.
Así, territorios como Francia, Alemania, Italia o España, además del conjunto de países que forman la Unión, reflejan un estancamiento del índice de electrificación.