La gestora T. Rowe Price ha señalado este viernes que los últimos datos macroecónomicos de la eurozona apoyan las tesis del ala dura (‘hawkish’ o los halcones, en la jerga) del Banco Central Europeo (BCE), por las que se hace imprevisible la llegada del primer recorte de los tipos de interés –ahora están en el 4,5%– antes de junio; todo ello en un momento en el que el mercado se debate si el primer descenso de tipos podría llegar este próximo marzo.
En concreto, el ritmo de deterioro de la actividad del sector privado de la eurozona se ha desacelerado en febrero a su nivel más bajo de los últimos ocho meses como consecuencia de la recuperación observada en el sector servicios, según sugiere el avance del índice compuesto de gestores de compra (PMI) para la eurozona de S&P Global.
Así, el PMI compuesto de la eurozona se ha situado en 48,9 puntos, frente a los 47,9 de enero, aún señalando una contracción de la actividad de las empresas, pero al menor ritmo en ocho meses.
En el caso del sector servicios, el PMI de febrero se ha situado en 50 puntos, una lectura equivalente al estancamiento -el punto de equilibrio entre la zona de recesión y expansión-, frente a la caída de enero, con 48,4 puntos, marcando así su nivel más alto en siete meses, mientras que el PMI manufacturero ha vuelto a empeorar, con un dato de 46,1 puntos, frente a los 46,6 del mes pasado.
A propósito de estos datos, el economista jefe para Europa de T. Rowe Price, Tomasz Wieladek, ha remarcado que el sector servicios es «la parte más importante de la economía y está impulsado principalmente por la demanda interna», en tanto que «el fuerte repunte del sector servicios en los dos últimos meses sugiere que la economía de la eurozona evolucionará mejor de lo previsto en los dos próximos meses».
Sin embargo, los datos del sector manufacturero sugieren que la caída de la producción «podría deberse a las restricciones en la cadena de suministro como consecuencia del conflicto en el Mar Rojo», según el ejecutivo, que ha señalado como ejemplo paradigmático del estado de la industria al cierre durante dos semanas de la fábrica de Tesla en Alemania por estos problemas en las cadenas de suministro.
Con todo, Wieladek ha apuntado que el declive del sector manufacturero es «probablemente temporal» y se resolverá por sí mismo una vez que las cadenas de suministro se normalicen de nuevo en los próximos dos meses.
La suma de estos factores, que propiciarán una inflación más difícil de doblegar al 2% por el lado de los servicios, se traduciría en un apoyo a los halcones del Consejo de Gobierno del BCE.
«El riesgo de que el primer recorte de este año se retrase más allá de junio está aumentando claramente, en tanto que «también es plausible que una vez que el BCE recorte sólo lo haga de forma muy gradual y que comunique esa senda a los mercados», ha remachado Wieladek, quien ha recordado que esta coyuntura es favorable para el euro -acumula siete jornadas de ascensos frente al dólar- y bajista para el bono alemán, de referencia en la eurozona al ser el más seguro.