La revalorización anual de las bases máximas de cotización y del complemento de la brecha de género en función del IPC entrará en vigor con la llegada de 2024, según los parámetros fijados en la reforma de pensiones aprobada en la anterior legislatura.
En el caso de las bases máximas, la reforma establece que, desde 2024 y hasta 2050, subirán con el IPC más un cuantía fija de 1,2 puntos cada año de este periodo. De este modo, teniendo en cuenta que el IPC promedio de diciembre de 2022 a noviembre de 2023 se situó en el 3,8%, la base máxima de cotización subirá un 5% en el nuevo año, lo que la situará en 4.720,3 euros mensuales ó 56.644 euros anuales.
Esta base supone la máxima retribución salarial sobre la que se aplican los tipos de cotización para determinar la cuantía que empresas y trabajadores aportan mensualmente a la Seguridad Social para el pago de pensiones, de modo que aumentar esta cuantía salarial máxima sujeta a cotizaciones eleva los ingresos del sistema.
Asimismo, la reforma de pensiones determina que el complemento de la brecha de género (30,4 euros en el ejercicio actual) subirá un 10% adicional al IPC en el bienio 2024-2025, que se distribuirá entre ambos ejercicios, según determinen las respectivas Leyes de Presupuestos Generales del Estado.
Según el Plan Presupuestario del Gobierno remitido a Bruselas, la subida de la base máxima en 2024 implicará ingresos superiores a los 308,5 millones de euros.
El Gobierno evaluará cada cinco años en el marco del diálogo social la subida de las bases máximas de cotización y remitirá un informe a la Comisión del Pacto de Toledo.
Al tiempo que aumenta la base máxima de cotización, la pensión máxima se incrementará el próximo año con el IPC (desde 2025 lo hará con el IPC más un 0,115% adicional).
De este modo, con la revalorización del 3,8% del IPC, la pensión máxima se situará en 2024 en 3.175,5 euros mensuales por catorce pagas, frente a los 3.059,2 euros de 2023.
El destope de la pensión máxima inicial comenzará a aplicarse en 2025 y consistirá en revalorizar la pensión máxima con el IPC más un incremento adicional de 0,115 puntos porcentuales cada año hasta 2050, lo que supondrá un incremento aproximado del 3% en ese periodo.
EL MEI SUBE AL 0,7% EN 2024
Por su parte, la sobrecotización del llamado Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) subirá con la llegada de 2024 una décima, desde el 0,6% al 0,7%, que se distribuirá en 0,58% a cargo del empresario y del 0,12% a cargo del trabajador (en el caso de los autónomos, éstos asumen el 0,7% completo).
Según las proyecciones del Gobierno recogidas en el Plan Presupuestario remitido a Bruselas, esta medida reportará el próximo año unos ingresos a la Seguridad Social de 3.702 millones de euros, el equivalente aproximado al 0,24% del Producto Interior Bruto (PIB), frente a la recaudación del 0,20% del PIB de 2023.
Precisamente, en lo que respecta al ejercicio que ahora termina, el de 2023, el impacto presupuestario de la sobrecotización del MEI (0,6%) supera los 2.922 millones de euros. El Ejecutivo calcula que la décima adicional de subida para 2024 implicará unos ingresos de 780,5 millones de euros. De esta forma, la sobrecotización del MEI establecida para el año próximo procurará ingresos totales por valor de 3.702 millones de euros.
Sumando la sobrecuota del 0,7% del MEI vigente en 2024 al tipo de cotización por contingencias comunes, el tipo total se situará en el 29%, frente al 28,90% de 2023 (la diferencia entre ambos ejercicios es la décima adicional en la que subirá el MEI el próximo año).
Los ingresos del MEI, mecanismo que sustituyó al llamado factor de sostenibilidad, irán destinados a engordar el Fondo de Reserva de las pensiones, la llamada ‘hucha’ que, según cálculos de la Seguridad Social, partiendo de algo menos de 3.000 millones de euros este año, llegará a acumular hacia mediados de los años 40 entre 120.000 y 130.000 millones de euros, el doble de lo que tuvo en 2011 (68.000 millones de euros), hasta ahora la cifra más alta.
Estos fondos se irán desembolsando «de manera prudente y flexible» entre principios de la década de 2030 y hasta los primeros años de 2050 para que el sistema afronte las tensiones financieras derivadas de las jubilaciones de los ‘baby boomers’.
La sobrecuota del MEI irá subiendo de manera progresiva hasta alcanzar el 1,2% en 2029 y de 2030 a 2050 se mantendrá en ese 1,2%, aunque podrá aumentar de manera automática si el gasto en pensiones sobrepasa el 15% del PIB, cosa que por ahora se descarta en las proyecciones del Gobierno.