El Banco de España calcula que los ingresos de quienes perdieron su empleo durante la pandemia de la Covid-19 habrían caído, en mediana, un 100%, pero las ayudas públicas mitigaron este descenso hasta situarlo en el 30%, por lo que gracias a ellas mantuvieron el 70% de sus ingresos.
Así se desprende del artículo del Boletín Económico «Pérdidas de ingresos y de empleo durante la pandemia de COVID-19 y situación financiera de los hogares: evidencia de la Encuesta Financiera de las Familias (EFF)», publicado este martes por el Banco de España.
De acuerdo con el informe, la prevalencia de pérdidas de empleo o de ingresos en 2020 fue relativamente elevada; así, un 28% de los individuos de entre 18 y 64 años y activos laboralmente experimentaron alguna pérdida o caída de este tipo en el período considerado.
Además, la Encuesta Financiera de las Familias de 2020 recoge información sobre si estas pérdidas duraron menos o más de seis meses. En este sentido, se observa que, entre el 28% de los afectados por dichas pérdidas o caídas, la mitad las sufrieron durante más de seis meses.
El Banco de España señala que sufrieron mayores aumentos de su nivel de endeudamiento y menores incrementos de su riqueza neta aquellos cuya pérdida de empleo o de ingresos fue más prolongada, frente a los no afectados.
Atendiendo al tipo de pérdida de empleo o de ingresos, un 44% de los afectados se enfrentaron a suspensiones temporales de contrato a través de un ERTE, un 26% sufrieron pérdidas de empleo por despido o cierre de negocio y el 30% restante experimentaron caídas temporales totales o parciales de renta no asociadas ni a ERTE ni a pérdidas de empleo.
En cuanto a la duración por tipo de pérdida de empleo o de ingresos, mientras que las pérdidas de empleo tuvieron mayoritariamente duraciones superiores a seis meses, las suspensiones de contrato cubiertas por un ERTE tuvieron principalmente duraciones de menos de seis meses.
Entre quienes experimentaron pérdidas temporales de ingresos laborales pero mantuvieron su empleo, se observa un porcentaje similar de duraciones de más y menos de seis meses.
Si se diferencia entre quienes perdieron el empleo, lo conservaron con ingresos reducidos o se vieron afectados por un ERTE, se observa que entre los individuos que perdieron el empleo, ya fuese por despido o por cierre de negocio, la mediana de los ingresos laborales a finales de 2020 cayó un 100% con respecto a 2019.
Por el contrario, en el caso de quienes mantuvieron sus empleos, aunque con caídas temporales de ingresos, los ingresos laborales mensuales a finales de 2020 eran solo un 3,44% inferiores.
Por tipo de pérdida de empleo o de ingresos, la caída en la renta laboral mensual mediana se redujo del 100% al 30%, una vez incluidas las ayudas, para aquellos que experimentaron pérdidas totales de empleo, mientras que no se observan cambios sustanciales para los individuos afectados pero que mantuvieron su empleo.
LA SATISFACCIÓN CON LA VIDA SE MANTUVO ESTABLE, PERO CON EXCEPCIONES
Por último, de acuerdo con la información recogida en la EFF, los niveles medios de la denominada ‘satisfacción con la vida’ se mantuvieron estables entre las ediciones de 2017 y 2020 para casi todos los grupos, incluso con leves mejorías en algunos casos.
Una posible explicación de este patrón es que una parte sustancial de las pérdidas de empleo o de ingresos duraron menos de seis meses y/o estuvieron cubiertas por ayudas mitigadoras, tales como los ERTE.
De este modo, solo los individuos que sufrieron despidos o cierres de negocio reportaron una caída en sus niveles de satisfacción con la vida, posiblemente debida a los mayores niveles de incertidumbre sobre la evolución de sus rentas futuras.