Apenas un 5% de la población española tiene criptomonedas en su cartera de productos financieros, siendo los jóvenes de entre 18 y 34 años el grupo que más ostenta este tipo de divisas, según indica el reciente informe sobre la Encuesta de Competencias Financieras elaborado por el Banco de España.
En el documento, la institución se interesa tanto por los conocimientos financieros de la población como por su relación con algunos productos de ahorro y financieros, como son los fondos de pensiones, de inversión, la renta fija (Letras y bonos) o las criptomonedas.
Sobre este último producto la encuesta revela que su tenencia «es relativamente minoritaria», a pesar de que el 84% ha oído hablar de las criptodivisas. Estas son especialmente populares entre los grupos de población más jóvenes, de manera que más de nueve de cada diez personas con entre 18 y 34 años han oído hablar de las criptomonedas. Sin embargo, a la hora de poseer estos criptoactivos el porcentaje se reduce a un 12% entre jóvenes de entre 18 y 34 años.
En términos de popularidad, estas divisas son más conocidas entre hombres (89%) que en mujeres (80%), entre la gente con estudios universitarios (97%) y en rentas superiores a los 47.000 euros (98%).
Con estos datos, las criptomonedas se consolidan como el producto financiero con una menor tenencia en el país sólo por delante de la renta fija, que apenas posee un 1% de la población. En contraposición, el 98% de la población cuenta con una cuenta corriente, que es el producto más popular.
UN PRODUCTO POCO REGULADO
De su lado, el 41% de los encuestados afirma que dispone de algún vehículo de ahorro, por un 18% que tiene una cuenta de ahorro, un 21% que cuenta con un plan de pensiones, un 12% que mete su dinero en fondos de inversión y un 14% que invierte en acciones, estos dos últimos productos de la renta variable.
Sobre la baja tenencia de las criptomonedas en las carteras de los españoles, el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, explica que puede obedecer a unos bajos niveles de regulación si se compara con otros productos como las cuentas bancarias o los fondos de pensiones.
Más en concreto, Gavilán apunta que el «aparataje regulatorio» en torno a este producto no está todavía plenamente desarrollado, lo que podría derivar la preferencia de los inversores hacia otros productos financieros más conocidos. Por ejemplo, el informe desvela que en comparación con 2016, año en el que se realizó el anterior estudio, ha aumentado la tenencia de tarjetas de crédito, de un 56% a un 63%.