La onza de oro troy se apreciaba en la media sesión de este martes un 0,5% y cotizaba ligeramente por encima de los 2.000 dólares, una cota en la que parece asentarse desde el pasado viernes, en tanto que desde el estallido del conflicto palestino-israelí acumula una revalorización cercana al 10%.
Con todo, un informe del banco suizo Julius Baer divulgado esta mañana apunta que el reciente repunte del mercado del oro «está impulsado más por operadores especulativos a corto plazo que por buscadores de refugio seguro» en un contexto de incertidumbre en Oriente Próximo.
Según el banco, las tenencias de productos de oro con respaldo físico -el indicador preferido de la entidad para medir la demanda de refugio seguro- han aumentado sólo de manera marginal, mientras que las ventas de monedas de oro acuñadas en Estados Unidos se mantienen muy por debajo de los picos pasados.
Por ello, los expertos de la firma aseguran que esto deja al mercado de futuros del oro en el asiento del conductor, donde los operadores se están posicionando nuevamente para el aumento de los precios a medida que el sentimiento dentro de este grupo más cortoplacista y motivado especulativamente cambia rápidamente.
«Creemos que esto [la revalorización del oro] está más relacionado con el sentimiento muy bajista del mercado justo antes de los ataques de Hamás contra Israel que con el conflicto en sí», ha remachado el estudio.
La entidad ha remarcado que, a pesar del reciente despliegue terrestre de las tropas israelíes en la Franja de Gaza, siguen creyendo que un escenario de «shock temporal» es el más probable, con una probabilidad de alrededor del 65%.
Asimismo, en la cota de los 2.000 dólares en los que cotiza ahora el metal precioso, ya estaría descontada «una operación terrestre duradera» en Gaza.
El estudio también aduce como argumento que, de momento, las potencias de la región han optado por la diplomacia en lugar de la acción militar, en tanto que los temores sobre el impacto económico y la inflación de los combustibles parecen mantener a raya las «reacciones acaloradas».
Todo ello lleva al banco a concluir que la situación deberá seguir el guión normal de la geopolítica, esto es, que «el ruido debería eventualmente calmarse y la incertidumbre desaparecer».
Las señales de una escalada, ha advertido Julius Baer, serían la extensión del conflicto al Líbano y Siria más allá de los enfrentamientos de hoy, así como que las protestas contra Israel se salgan de control, lo que obligaría a reacciones gubernamentales más duras.
A modo de contexto, la última vez que el oro cotizó por encima de los 2.000 dólares fue el pasado mayo por la tensión en el conflicto ucranio y los coletazos derivados de la crisis de la banca regional estadounidense, así como la quiebra de Credit Suisse del pasado marzo, de tal manera que su valor alcanzó un valor de 2.063 dólares a principios de mayo.
Con todo, el máximo histórico del oro se produjo hace más de un año, el 7 de marzo de 2022, cuando la onza tocó los 2.075 dólares, por el comienzo dos semanas antes de la invasión rusa de Ucrania. A su vez, también rondó esos niveles en agosto de 2020 tras el estallido de la pandemia.
En el periodo que va desde la pasada primavera de este 2023 se inició una tendencia a la baja que llevó al oro a estar cerca de perder el nivel de los 1.800 dólares el 6 de octubre, un día antes del asalto de Hamás a territorio israelí.
ANÁLISIS EXTRAPOLABLE A LA COTIZACIÓN DEL PETRÓLEO
El banco suizo ha señalado en el mismo informe que este análisis -«lo más probable es que el conflicto siga el manual geopolítico habitual y siga siendo un ‘shock temporal’ en el que la prima de riesgo desaparecerá en el corto plazo»- es extrapolable a la cotización del petróleo, que en los últimos días parece alejarse, tanto el barril de Brent como el de Texas, del nivel de los 90 dólares.
En concreto, el barril de Brent, de referencia en Europa, cotizaba este martes en torno a los 88 dólares, un 4% más que antes del estallido de las hostilidades entre Palestina e Israel pero, a su vez, lejos del máximo que tocó la semana pasada al filo de los 94 dólares.
Desde Julius Baer han considerado que los precios del petróleo «parecen desvinculados de los fundamentos débiles» y que pronto la atención volverá a las narrativas anteriores sobre los equilibrios de oferta y la política petrolera de las petro-naciones, esto es, del papel de la alianza OPEP+.