La banca española dejará de percibir unos ingresos de 560 millones por año por la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de dejar al 0% lo que paga por las reservas mínimas que exige a los bancos, según se desprende del informe bianual de estabilidad financiera de Banco de España.
Esta decisión se adoptó el pasado 27 de julio. Hasta entonces, el BCE venía pagando por esos fondos la tasa de facilidad de depósito, situada actualmente el 4%. La reducción a cero de la remuneración tuvo lugar el pasado 20 de septiembre.
Las bancos de la zona euro deben mantener de forma obligatoria un determinado nivel de fondos, denominados reservas mínimas, en cuentas con sus bancos centrales nacionales. El nivel de reservas se calcula aplicando un porcentaje sobre determinadas partidas del balance, generalmente el 1% sobre ciertos pasivos, principalmente depósitos de clientes.
Esta caída de los ingresos de 560 millones de euros tendrá un impacto de un punto básico en la tasa de retorno sobre activos (ROA, por sus siglas en inglés).
En todo caso, Banco de España ha indicado que el margen de intereses de la banca española «podría mostrar un peor comportamiento en los próximos trimestres». Esto se debe a una intensificación de la caída del crédito en España y a un peor comportamiento a escala global «auspiciado por la desaceleración económica».
En este sentido, el supervisor bancario ha destacado que el sector bancario español «ha demostrado una significativa ventaja en la generación de resultados vía margen de intereses» frente al resto de la banca europea. Esto ha sido en paralelo con un mayor coste de riesgo de crédito asumido.
«El impacto del gravamen extraordinario a la banca –reflejado en un empeoramiento de la posición relativa de las entidades españolas en términos de margen neto de explotación respecto a los años precedentes– y, especialmente, un mayor coste del riesgo asumido, sitúan la rentabilidad sobre activos de las entidades españolas por debajo del percentil 25 de la distribución, aunque se mantiene ligeramente por encima de la media ponderada de la UE», indica Banco de España.
Ante los beneficios de la banca, el organismo ha insistido en pedir prudencia en su gestión, indicando que el 44% de las ganancias de 2022 se destinó a dividendos o recompras de acciones, un 32% a reservas voluntarias y un 23% a compensar el impacto negativo en el patrimonio neto.
«El endurecimiento de las condiciones financieras de empresas y familias podría dar lugar a un deterioro de la calidad del crédito en los próximos trimestres, a la vez que podría intensificarse el incremento de los costes de financiación minorista de las entidades. Por todo ello, estas deben llevar a cabo una política prudente de planificación de provisiones y de capital que permita utilizar el incremento de los beneficios para aumentar la capacidad de resistencia del sector», ha enfatizado Banco de España.